viernes, 26 de septiembre de 2008

Álgebra esférica III (o cómo volver a repartir la torta dejando contentos a todos)


En el primer post de esta serie justificaba mi iniciativa de dar justicia y lógica (?) al Mundial de fútbol; en el segundo, contaba como había encontrado cuál sería una distribución sensata de las plazas disponibles para la Copa. Ahora se viene lo mejor: encontrar la estructura que se tendría que dar a las eliminatorias para llegar a ese número de cupos, tratando de no descontentar a nadie y colando muy solapadamente (?) el sistema de desempates a gran escala.

Para empezar, no quise meterme a buscar fórmulas nuevas, distintas a las que había empleado; me sentía muy satisfecho con ellas y con su representatividad. Pensando y repensando, de pronto se me ocurrió recurrir a mis memorias de los cursos de estadística, donde encontré un indicador genial: el coeficiente de variación (desviación estándar sobre promedio). Se obtiene un porcentaje de dispersión de la muestra examinada, con la ventaja de que es absoluto: permite comparar muestras distintas o valores que no tienen nada que ver. No me lo invento, lo dice wikipedia (?).

Aplicando ese ratio alrededor del valor promedio que había conseguido para cada continente, podía generar rangos de valores bastante precisos dentro de los cuales podría fluctuar en la asignación de cupos sin ir en contra de la historia, la justicia, la hermandad entre naciones (?). El valor inferior del rango sería el número de cupos directos (es decir, el mínimo de equipos asegurados para cada confederación) y el rango mismo el número de equipos que irían a un desempate; de tal forma, el número máximo posible de equipos para una confederación correspondería exactamente al valor superior del rango.

Con los redondeos apropiados (para eliminar decimales por todos lados), las plazas finales quedaron así: Europa 12 cupos directos y 6 al repechaje, América del Sur 3+4, África 3+2, Norte y Centroamérica 2+2, Asia 2+3 y Oceanía 0+1. En total, 22 lugares predefinidos en las eliminatorias y 9 por disputar entre 18 equipos, de forma intercontinental. Fíjense en algo importante: en el peor de los casos, cada continente tendría aseguradas un número igual o superior de plazas respecto a su récord negativo, y en el mejor, superaría su participación más numerosa. Y además, en lugar de los 33 equipos que llegan a las últimas instancias de clasificar con el sistema FIFA (los 31 mundialistas más el par que pierde los repechajes), con el mío serían 40, es decir casi un 20% más.

Cómo mencioné la última vez, no estaba de acuerdo con generar un torneo premundial de varias rondas: me parecía muy objetable bajo varios puntos de vista, en el aspecto logístico, económico e incluso deportivo: ¿tendría sentido seguir compitiendo cuando, por decir, en los cuartos de final ya están todos clasificados? La única alternativa lógica es armar playoffs directos, de ida y vuelta, y a otra cosa mariposa (?), porque te aseguran estadios llenos en los dos partidos, posibilidades inmediatas de clasificación y por lo tanto mayor voluntad de invertir en los desplazamientos por parte de las federaciones, menos fechas a ocupar en el apretadísimo calendario deportivo, etc etc.

Aunque como nada en este mundo es perfecto, el gran problema de este tipo de desempates es que en 180’ uno se juega 4 años de esfuerzos, y un gol afortunado en el primer segundo del primer partido, tal vez como visitante, puede ser defendido a muerte por un equipo inferior. Y toda la estructura lógica detrás de mi propuesta, hasta este momento, se basa en un intento de tener justicia en el reparto de los 31 cupos del Mundial, de manera que participen los mejores equipos del planeta, más allá de su ubicación geográfica.

Por lo tanto, se me ocurrió poner algunas cláusulas que, sin comprometer demasiado las posibilidades de participación de los equipos “chicos” que hubieran accedido a los repechajes, dieran cierta ventaja a los mejores conjuntos. En primer lugar, era evidente que la localía en el segundo y decisivo partido tendría que ser del equipo con mejor ranking FIFA. Pero otra idea me gustó aún más: establecer un sistema de seeding al estilo de los torneos tenísticos o de los playoffs de la NBA; es decir, generar un orden entre los 18 participantes a los repechajes basándose en su posición en el ranking FIFA, y emparejarlos empezando por los extremos: el n. 1 con el n. 18, el n. 2 con el n. 17, etc etc. La única salvedad que dejaría es que no puedan encontrarse dos equipos del mismo continente (de ser el caso, se saltaría un número).

Una vez cerrado el tema de los cupos y de los repechajes, queda un paso anterior a los dos que ya se han tratado: el formato de cada eliminatoria continental que permitiría dar como resultado los 40 equipos que disputarían Mundial y desempates. Un aspecto importante que quería incluir era el exceso de fechas que requieren actualmente las eliminatorias, generalmente debido a la generación de muchas fases intermedias o de grupos demasiado poblados. Pensé que había que ir en tres direcciones muy claras: disminuir al máximo las rondas de partidos, reducir el número de equipos por grupo y tener fases previas en las que se filtrara a los equipos de menor categoría, especialmente en los continentes con más federaciones afiliadas.

En el caso de Europa, que cuenta con 53 equipos, debería haber una eliminatoria previa entre los 34 equipos peor rankeados; los 17 ganadores más los 19 equipos restantes formarían 6 grupos de 6, donde los dos primeros estarían clasificados al Mundial y los terceros irían a los repechajes. En América del Sur, los 10 equipos se dividirían en 2 grupos de 5; los primeros de cada uno irían directamente a la Copa y los terceros a los repechajes, mientras que los segundos desempatarían (ganador al Mundial, perdedor a repechajes) al igual que los cuartos (ganador a repechajes, perdedor a casa). África (52 equipos) tendría una fase previa con 46 países; los 23 ganadores más los siete restantes pasarían a un playoff y los 15 supervivientes se repartirían en 3 grupos de 5: los primeros van al Mundial, el mejor segundo al repechaje y los otros dos desempatan entre sí por el último cupo en la instancia previa.

Para Asia, planteo un sistema similar al africano: preliminares con 38 naciones, fase a eliminación directa entre los 19 ganadores y los 5 que no jugaron, quedan 2 grupos de 6; ganadores al Mundial, segundos al repechaje, desempate entre los terceros cuyo ganador también va a los playoffs. En la CONCACAF la fase previa sería con 30 equipos, los quince ganadores y los otros 5 pasan a una ronda directa, de los cuales salen 10 equipos: 2 grupos de 5, los primeros al Mundial, los segundos al repechaje. Finalmente, para la gente del Pacífico (?), huérfana de canguros y koalas que se fugaron con los amarillos (?), dos grupos de 5 equipos, con desempate entre los dos primeros para un cupo en los playoffs.

Uff qué aburrimiento con tanto número (?). La cosa es que las fechas de la eliminatoria se reducen notablemente tal como quería; excluyendo las fases preliminares y las repescas intercontinentales tanto en el modelo actual como en el que propongo, Europa pasa de 12 a 10 fechas, Sudamérica y CONCACAF de 18 a 10, Asia de 20 a 14, Oceanía de 14 a 12, y África mantiene las 12 que tiene. Mejor imposible.

Y así se concluye esta saga. Yendo en reversa, hemos propuesto cómo modificar la distribución de plazas en el Mundial entre las distintas confederaciones, siguiendo criterios más serios y precisos que los de la FIFA; hemos planteado un sistema de desempates intercontinentales que permitan un mejor filtrado de los equipos clasificados; y hemos estructurado las eliminatorias de cada confederación para que obtengan de forma fácil y lo más rápida posible a sus clasificados. Podría extenderme, porque también tengo ideas sobre cómo deberían modificarse los campeonatos continentales y nacionales, pero me detengo por un poco de decoro (?).

Una última apreciación: Blatter y el fútbol tienen tanta afinidad como Superman y la kryptonita. Sepp, por el bien de todos, vete ya.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Álgebra esférica II (o cómo intentar cuadrar el círculo y vivir para contarlo)


En la primera parte de esta serie, dedujimos cómo los genios de Zürich asignan plazas para los Mundiales en medio de una orgía de favores, votos comprados, ausencia total de justicia deportiva y sobre todo un mínimo de sangre en la cara. Pero eso lo sabíamos hace tiempo. Ahora quiero explicar un poco el camino que seguí en mi intento de devolver la razón a un mundo dominado por tanta locura (?).

Lo primero era determinar qué factores deberían tomarse en cuenta para llegar a los números mágicos (y/o fracciones) de los cuales dependerá la felicidad o la decepción de países enteros. De entrada, llegué a la conclusión que habían dos grandes grupos de variables: uno constituido por características propias de la confederación, como su número de afiliados o la cantidad de cupos asignados para cada Mundial, relativizados a través de todo tipo de ratios, y el otro definido por los resultados obtenidos por los equipos. No voy a aburrirlos explicándoles cada una de las variables que analicé; puedo enviar a quien lo desee la hoja de cálculo completa con todos los datos y fórmulas, aunque dudo que sean comprensibles. Confíen en mi imparcialidad: si se creyeron la inocencia de los sorteos de los mundiales, no les resultará muy complicado hacerlo.

En cuanto a la data que ingresé (cortesía, increíblemente, de fifa.com), tomé los valores de los últimos 10 mundiales, es decir a partir de 1970. No quise ir más atrás por muchos motivos, pero el más fuerte es el deportivo: con toda probabilidad, en México se dio inicio al fútbol (y al Mundial) tal como lo conocemos hoy. Un ejemplo claro es el diferente y menos favorecido trato que recibieron los locales desde ese momento (o eso creía hasta ver el camino de Corea del Sur el 2002...): las victorias de éstos se limitaron a 3 de los 10 campeonatos, y nadie pone en tela de juicio la limpieza de los triunfos de Alemania el ’74 y Francia el ’98, mientras que la única duda sobre Argentina ’78 no depende de favores externos o arbitrales, sino de un adversario comprado/vendido (?)… Por su lado, España no se lució, México se quedó en cuartos de final las dos veces, Italia y Alemania llegaron con sus propias fuerzas al tercer lugar, los USA salieron en octavos, igual que Japón… y Corea me arruina el análisis dramáticamente, pero es la excepción que confirma la regla.

Antes de eso, tuvimos de todo: en el ’66, el gol fantasma de Hurst en la final, el escándalo de Inglaterra – Argentina en cuartos, los fouls salvajes a Pelé en primera ronda; o los favores arbitrales a Chile el ’62 (por ejemplo, las múltiples expulsiones que sufrieron los italianos al jugar contra ellos); o el muy dudoso Italia – España del ’34, cuando el Divino Zamora no atajó en la repetición de un partido, que se había concluido originalmente en empate. Eran otros tiempos, otro público, otra prensa, otra FIFA. La televisión en ese sentido tuvo, creo, un factor deterrentey determinante. Bien por la caja boba (?).

Un detalle final: fíjense en los ganadores y finalistas de estos últimos 10 mundiales: Brasil (3 victorias y una final), Alemania (2+3), Argentina (2+1), Italia (2+2), Francia (1+1) y Holanda (0+2). Pocos y vigentes y favoritos hasta ahora. Ahora revisemos los 8 mundiales anteriores: Uruguay (2+0), Italia (2+0), Alemania (1+1), Brasil (2+1), Inglaterra (1+0), Argentina (0+1), Checoslovaquia (0+2), Hungría (0+2), Suecia (0+1). Otra cosa, ¿no? Uruguay tuvo su último suspiro justamente el ’70 (cuarto) antes de pasar al anonimato total, Inglaterra no ha vuelto a jugar una final a nivel de selección (ni Euro, ni Mundial); Checoslovaquia desapareció y su heredera, Chequia (¿ya se puede llamar así?), no es aún una estrella absoluta, Hungría pelea no ser última en sus eliminatorias y Suecia nunca termina de cuajar del todo. La conclusión que me genera esto es que hay una situación a grandes rasgos consolidada en el fútbol de los Mundiales a partir del tan recordado México '70.

Regresemos a mis cálculos. Una vez vaciados los datos, cada confederación, cómo es lógico, presentó resultados dispares en base las distintas variables examinadas. Pero la conclusión global, a simple vista, era que bajo todo concepto habían dos confederaciones muy disminuidas en cuanto a su representación, casualmente las dos más tituladas: Europa y Sudamérica. La superioridad de las dos se veía disminuida sólo por incluirse en las cuentas el porcentaje de afiliados FIFA por confederación (donde África y Asia recuperaban fuerza). A ojo, a Europa le debían entre 2 y 3 cupos (para quedar en 15 - 16) y a América del Sur entre 0,5 y 1,5 (5 o 6); África y Asia tenían 1 o 1,5 de más (4,5 - 5 y 3,5 - 4 respectivamente), y CONCACAF 0,5 o 1 en exceso (debería estar en 2,5 o 3). Oceanía, para variar, estaba perfecta con su media plaza.

Estaba a punto de gritar al mundo mi rabia preñada de tanto razonamiento y reivindicación (?), cuando me topé con un post del (entretenidísimo) blog LaRedó! dedicado a un tema colateral a mi investigación. El autor se interrogaba sobre la disparidad en las eliminatorias de cada continente, de la que ya hablamos, y sugería dejar un amplio número de cupos (12 de los 31 que se pelean, porque uno siempre es gratis para el local) para ser disputados en un torneo intercontinental premundial, en reemplazo del par de repechajes que hay ahora antes de cada mundial. Su propuesta, bastante elaborada, involucraba también convertir a la Copa Confederaciones (que disputan los campeones continentales, el campeón mundial y el anfitrión) en el torneo olímpico de fútbol y utilizar su sede espacio-temporal (se juega un año antes del mundial en los estadios que albergarán a éste último) para ese Premundial.

Si se dan el trabajo de leer todos los comentarios (o darle como loco al scroll), encontrarán uno mío en el número 255. De entrada, observaba algunas cosas al torneo propuesto: sería muy complicado de organizar, sobre todo por fechas disponibles (debiendo concluirse antes del sorteo, que es a finales del año anterior a la copa, implicaría acabar las eliminatorias regulares casi 7-8 meses antes de lo actual…); los países que lo jugarían no tendrían mucho atractivo para el anfitrión y su público (piensen un partido de primera ronda en Sudáfrica con Polonia vs. Iran); y no sé si muchos equipos de segunda fila querrían gastar tanto dinero para luego quedarse sin nada en la mano. En resumen, no lo veo muy práctico.

Sin embargo, había una idea que me gustaba (y a otros no tanto, cfr. el comentario 256): el hecho de poner en juego muchos cupos entre confederaciones, fuera de las eliminatorias domésticas. Me pareció inmediatamente una excelente forma de equilibrar los pesos políticos, dar más justicia a la distribución de cupos y a la clasificación a un Mundial, y a lo mejor descargar un poco los cronogramas de eliminatorias. Así que empezaba una nueva fase de estudio. Pero eso lo veremos en el próximo post.


miércoles, 24 de septiembre de 2008

Álgebra esférica I (o cómo a veces la pelota no es tan redonda como quieren que parezca)


Antes que todo, una aclaración crucial para esta serie de posts que inicio hoy, sobre las modificaciones que creo necesarias en el fútbol mundial. Todas las ideas plasmadas en ella son fruto de mis razonamientos, pero carecen de cualquier practicidad en cuanto nunca, nunca y más nunca serán puestas en práctica por las autoridades competentes, por motivos que explicaré al final. Por lo tanto, tómense todo lo que diga con pinzas, como si fuera el utópico y ucrónico desvarío de un soñador en pleno trip a base de ácidos (?). O como esa vez en que pasaron una tarde entera decidiendo que harían con el primer premio de la lotería, que obviamente nunca ganaron.

Esta vez he apuntado arriba, muy arriba: nada menos que a la FIFA y al máximo evento deportivo del mundo. Estaba harto de ver desigualdades enormes, injusticias gigantescas, dramas catastróficos causados por un sistema profundamente viciado y manipulado por las altas esferas del deporte rey, con fines bajos y oscuros. Así que dije basta, me puse manos a la obra, y luego de casi una semana de cálculos y reflexiones bien ponderadas, creo haber encontrado la manera de devolver credibilidad al Mundial de fútbol. Blatter, toma nota (?) y toma mientras (??).

Me parece que el primer problema nace con la selección de los equipos que participan al campeonato. Muchos critican la ampliación sucesiva de participantes (de 16 a 24 y desde el ’98 a 32), indicando como sustento la alta competitividad de la Eurocopa (que pasó igualmente de 4 a 8, y luego desde el ’96 a 16); me he aburrido de oír eso que el torneo del Viejo Continente más Brasil y Argentina se convertiría en un perfecto Mundial. Yo creo que esta observación no es correcta en el sentido que se le quiere dar (es decir, destilar el número de participantes) pero sí en su concepto: la calidad promedio de los equipos que participan en ese torneo (y ni qué decir si se agregaran los grandes sudamericanos) es superior a la que vemos en el evento FIFA.

Evidentemente, el filtro constituido por las distintas eliminatorias no cumple del todo su función (también he pensado en como corregirlo, como se verá más adelante); pero creo que pasa in primis por una asignación incorrecta de las plazas a disposición. Hay muchos criterios que se podrían aplicar para determinar esa distribución de una forma más o menos lógica: los resultados de los últimos mundiales, los rankings FIFA de las confederaciones, el número de federaciones afiliadas, una misma probabilidad de clasificación para todos los equipos del mundo, el fair play (?), la raíz cuadrada del inverso del PBI per cápita (?), qué se yo. Pero claro, la FIFA no sigue ninguna de ellas, porque todo está digitado desde lo alto, por motivos políticos muy bien definidos.

Un ejemplo. En el próximo Mundial, África tendrá 6 representantes, incluyendo el local (si no mudan la sede a otro lado, como parece posible). África es, para las crónicas, el único continente, junto a Oceanía, que no ha llegado nunca a una semifinal. En toda la historia de los Mundiales, sólo cuenta con dos cuartos de final (Camerún en el ’90 y Senegal en el ’02) y cuatro octavos de final (Marruecos ’86, Nigeria ’94 y ’98, Ghana ’06). Fijémonos bien en el dato: en cada Mundial desde 1986 el continente negro ha logrado hacer pasar la primera fase a un (solo) equipo. Ésta es sin duda una señal de admirable constancia, aunque no es única a nivel de confederaciones “menores”, es decir sin contar a Europa y América del Sur, porque Norte y Centroamérica va al mismo ritmo, o aún mejor: también consigue llevar a segunda ronda a un equipo desde 1986, también ha conseguido dos cuartos de final (México ’86 y USA ’02), pero en dos ocasiones (1994 y 2002) logró hacer que México y USA vayan de la mano a octavos. África, en cambio, nunca ha tenido dos equipos en esa situación.

Y sin embargo, fijémonos en los cupos asignados. Ambos continentes tuvieron 2 cupos en el ’86 y el ’90. Con la excusa del cuarto de final camerunés en Italia, se regaló un lugar más a los africanos en USA ’94, donde, para colmo, toda la CONCACAF (menos los locales) se tuvo que pelear sólo por un cupo y ¼ (?). Con la ampliación a 32 equipos en Francia, África, avalada por haber tenido un (1, ein, one) equipo en octavos de final, recibió dos (!) cupos más, mientras que los hermanos del norte (?), que habían duplicado tal producción, sólo uno. El 2002 se repitió el mismo reparto (África 5, CONCACAF 3), y el nuevo doblete de gringos y charros en octavos (y para más desgracia, se cruzaron en esa instancia) por fin les valió tener medio cupo más para el 2006: 5 contra 3,5. Para el 2010, nuevo regalo para África: a diferencia de lo usual, el tener a un equipo de la confederación no significó perder un espacio en las eliminatorias. Y esto gracias a un Mundial previo impresionante… donde sólo Ghana clasificó a octavos (y fueron despachados ahí mismo 0-3 por un pobre Brasil).

Si juntamos los dos datos, notamos que no sólo África no ha dado el salto de calidad, sino más bien está retrocediendo. Cuando tuvo dos cupos (’86 y ’90) clasificó al 50% de sus equipos a octavos y cuando tuvo 3 (’94), bajó al 33%; recuerdo que en esos 3 mundiales habían 24 equipos, de los cuales 16 pasaban a octavos, es decir el 67%. Con 5 (’98, ’02 y ’06) llegó al 20% en torneos de 32 participantes, en los cuales pasaba el turno el 50%. O sea, nunca llegó siquiera al promedio, y en los últimas 4 copas viaja a la mitad o menos del porcentaje normal. Para comparar, veamos el caso de Sudamérica, que para el próximo mundial tendrá cupo y medio menos que África: 100% el ’86 y ’90, 50% el ’94, 80% el ’98, 40% el ’02, 75% el ’06. Todo muy justo, ¿no?

La verdad es otra y es muy simple. Las elecciones de la FIFA se definen por votos individuales de las federaciones afiliadas, que están ligeramente por encima de las 200 unidades. De ellas, África representa el 26%, al igual que Europa. Asia tiene el 21%, Norte y Centroamérica el 17% y Sudamérica y Oceanía el 5%. La cúpula de la federación internacional, eternizada en el trono (primero con Havelange, ahora con Blatter) cuenta con los votos cautivos de todo el continente americano, merced de los cargos lujosos como vicepresidentes de sendos jerarcas locales: Humberto Grondona, presidente de la federación argentina y dueño de Arsenal de Sarandí (nada menos…), y Jack Warner, boss de la CONCACAF, del fútbol de Trinidad y Tobago y del poderoso Joe Public F.C. (??????). Sumando esos dos feudos, tienen el 22%... es muy poco. Conseguir el apoyo de toda Asia es imposible por las enemistades internas que ahí se dan, y Europa está en su contra desde tiempos inmemorables; Oceanía no pinta, y por eso no tienen ni un cupo entero, los pobrecitos (?). Pero, oh sorpresa, con el 26% africano de su lado sólo les hace falta conseguir 5 votos más por el resto del mundo para conseguir la mayoría… y financiando unos estadios por aquí, unos viajes a dirigentes por allá, un mundial organizado más allá (¿o no, Japón y Corea?), eso no es nada complicado.

No deja de sorprender que el apoyo principal al Imperio venga por parte de dos confederaciones crónicamente maltratadas por FIFA en la asignación de cupos, como en el caso de las americanas, porque por lo menos el saqueo que sufre Europa está bien merecido por oponerse al lado oscuro (?). Pero así funciona el biz… y todo ese dinero donado para el desarrollo del fútbol africano ya no luce de tan buena fe como podía pensarse. Como en toda dictadura, dictablanda (?) y/o democracia corrupta, la mejor manera de eternizarse en el poder es tener de su lado a una mayoría clientelista, chantajeada a través de flujos de dinero, favores políticos y puestos de trabajo inmerecidos, y todo condicionado a votos favorables a la hora que cuenta. Y Blatter & Friends (?) no son exactamente filántropos o paladines de la democracia… saquen sus cuentas.

Ahora ya saben por qué en un Mundial ven equipos poco competitivos… mientras que en Europa grupos con (caso de la vida real) Holanda, República Checa y Rumania sólo clasifican directamente al primero, el segundo va usualmente a un repechaje y el tercero está out. Y de paso, comparemos la competitividad de la eliminatoria sudamericana con los inenarrables play-offs asiáticos, como el último que vimos entre Bahrein y Uzbekistán.

Así no es, pues. En el próximo post, dejaré de lado este ánimo destructivo y pasaré a las propuestas.

martes, 16 de septiembre de 2008

Super-Human Race

No sé muy bien como he logrado levantarme de la cama hoy. Mi cabeza está hecha una pelota (desinflada, remendada en varias partes, con algunas costuras a medio deshacer) y ni un tempranero café negro y recargado parece tener ningún efecto. No encuentro una razón lógica para mi estado, considerando que la jornada de ayer fue más bien relajada. ¿Cansancio acumulado? Quién sabe. Lo curioso es ver como cambian las cosas en poco tiempo. Hace dos semanas y dos días, a esta hora, estaba a punto de concluir mi última hazaña deportiva (a la fecha): mi memorable (?) récord en la 10K.

En noviembre, tal como reseñé en un post pasado, participé a una de estas carreras. Me había estado preparando responsablemente, con seis pruebas sobre esa distancia en el mes previo a la competencia, en las cuales pasé de un tiempo inicial de 58'28" hasta un muy decente 53'51". En la carrera misma, aún con varios puntos en contra, como el calor ecuatorial o el tráfico humano con el que tuve que lidiar al salir muy atrás en la partida, aplastado en la panza del grupo, logré hacer un tiempo que para mí era excepcional, 53'32". Me pareció en ese entonces un resultado increíble y tengo que admitir que me levantó la autoestima como mínimo un par de puntos. Inmediatamente anuncié que participaría sí o sí en la carrera del año siguiente, donde intentaría contrarrestar los aspectos negativos que me habían condicionado en ese momento y obtener de esa manera un registro aún mejor.

Fue así como, apenas se esparció la voz que el 31 de agosto se desarrollaría una 10K mundial, dejé mis hábitos peligrosamente sedentarios, desempolvé las zapatillas, pagué mi inscripción y programé un plan de preparación minucioso para llegar en las mejores condiciones a la competencia. Faltaban ocho semanas. Tenía previsto hacer un primer mes de gimnasio y a lo mucho una carrera por semana, simplemente para poner a punto el físico; el tiempo restante sería a base de dieta y muchos kilómetros de entrenamiento. Me pareció un plan grandioso.

Pero de pronto me encontré en la misma situación que Napoleón o Hitler: ver como mis ambiciosos proyectos se chocaban contra un enemigo insuperable, el General Invierno. La temperatura bajó bruscamente y trajo consigo lluvias y neblina en dosis abundantes. De todas formas, la primera semana seguí mi programa a la letra: ejercicio diario y, empezando la semana, 10 km. El segundo lunes, luego de cerrar esa distancia en un mediocre 57'37", me di cuenta que las condiciones climáticas me estaban derrotando: en la noche ya tenía en proceso una fastidiosa faringitis.

Toda la semana siguiente la pasé embutido de antibióticos, sin tener más desplazamientos que un trayecto directo diario cama - bus - oficina - bus - cama. La semana siguiente ya me encontraba mejor, pero no quise arriesgar mi integridad saliendo a correr en madrugadas gélidas y húmedas. Así que me dediqué a sanas actividades gimnásticas indoor... pero, pasados 5 días más, mi problema respiratorio, aparentemente no bien tratado, regresó exigiendo venganza. Nuevamente, tenía que cortar la preparación en seco, pero esta vez por más tiempo: no quise exponerme a ninguna recaída, por lo que no me moví por 2 semanas exactas. Y así, como quien no quiere, terminó julio.

Empezando agosto, reformulé drásticamente todo mi plan de entrenamiento y repartí las cuatro semanas que me quedaban en dos partes iguales, reflejando lo que había pensado hacer con el doble de tiempo: quince días de gimnasio, quince de dieta y carrera. Eventualmente, por motivos completamente fuera de mi alcance y voluntad, tuve que posponer cualquier intento de correr en las madrugadas hasta el 20 (día en el que, además, me retiré a los 6,5 km con dolores inenarrables), y la dieta sólo se llevó a cabo la última semana. Luego de un intento exitoso el domingo antes de la carrera, logrando un magnífico 53'33" en pleno mediodía (?), el 28 volvía a tener problemas y abandonaba alrededor del kilómetro 7. Pero por lo menos la única parte de mi cuerpo que no se había resentido en esos días era justamente la más débil, la garganta. Así, con muchas dudas y toda la sensación de que podía pasar cualquier cosa, me acerqué a la línea de partida, el domingo en la mañana.

Por suerte, esta vez conseguí una posición mucho mejor a la partida. Ubiqué a las liebres que llevarían el paso de los 50' y los 55' y me coloqué exactamente en el medio, teniendo muy claro que si quería estar en los alrededores de mi récord personal tenía que mantenerme más o menos equidistante entre ellos. El día, milagrosamente, se presentó mucho más soleado y primaveral que de costumbre, lo cual me pareció una óptima señal, considerando que el circuito se desarrollaría en zonas cercanas al mar, lo cual en estas épocas, usualmente, es sinónimo de niebla profunda y densa, llovizna salada, ventarrones congelantes cada dos por tres.

Cuando pasé la banderola del primer kilómetro, me sorprendí al ver que estaba en 4'55". Para tener una idea, sólo dos veces había tenido tiempos por debajo de los 5': los últimos mil metros en una 7K de finales del 2006 (4'59") y los primeros en mi entrenamiento de una semana antes de la competición (4'47"). Descartando el primer resultado, al tratarse de una distancia distinta, recordé como el gran esfuerzo en el arranque de la última vez me había pasado factura en el final: en los siguientes 9 km nunca bajé de los 5'12", lo cual no había impedido, sin embargo, que hiciera mi récord fuera de competencias oficiales. Buen antecedente.

Pero aún mejor fue encontrarme en 9'52" a los dos mil metros. Significaba que luego del 4'55" había plantado un 4'57"... y ya había ganado 8" sobre los 50', aunque la liebre asignada a ese tiempo seguía varios metros delante mío (al parecer, no seguía un ritmo uniforme). Al km 3, seguía muy por debajo de mis tiempos, con 14'55" (parcial de 5'03"), pero poco antes de llegar a ese hito, empecé a notar el resurgir de los dolores que me habían aquejado en las dos ocasiones en que, durante mi preparación, tuve que dejar de correr antes de concluir los 10 kilómetros. Empecé a maldecirme por haber conducido mi ritmo de forma tan irresponsable, desgastándome tontamente a tanta distancia de la llegada; acto seguido, frené un poco el paso y traté de respirar lo más profundamente que podía, para ver si lograba paliar el fastidio. Que todo ese problema me significara un tiempo aún bajísimo sobre el último kilómetro me indicó que, evidentemente, venía a una velocidad inusitada. Eso me tranquilizó y aparentemente fue todo lo que necesitaba para que, como por milagro, todos los dolores se difuminaran lentamente.

Tanto así, que el cuarto y quinto kilómetro estuvieron nuevamente por debajo de los 5' (4'54" y 4'46"), llevándome a pasar la mitad de carrera en 24'35", algo realmente absurdo, inconcebible, impensable; la proyección estaba ampliamente por debajo de los 50', ni qué hablar de mi récord. Ese fue el mejor momento de la carrera: me sentía en gran forma, no sentía el cansancio, corríamos por el malecón, todo formaba parte de un momento Kodak. Y de pronto, el vacío.

Siempre me he jactado de saber salir de situaciones imprevistas con un alto grado de improvisación. En muy pocas ocasiones me ha ido mal. Por ejemplo, nunca he inspeccionado los circuitos de las carreras antes de las mismas; me parecía mucho más divertido afrontarlas sin saber lo que me esperaba. Por una bizarra coincidencia, la última vez me había ido de maravilla, porque la carrera se desarrollaba por el camino que recorría todos los días para llegar a la oficina; conocía cada centímetro del recorrido, cada curva, subida, bajada, cada grumo de asfalto o cemento. En esta ocasión, dividiendo los 10 km en cuatro bloques, tenía muy claros el segundo y el cuarto sector; el primero y el tercero representaban incógnitas casi totales, especialmente en el segundo caso, que cubría toda la zona de los malecones. Pero no me di el tiempo ni tuve las ganas de repasar esos metros: los consideré a priori como una zona plana y tranquila, probablemente fresca, previa a un último kilómetro y medio en plena subida.

Craso error. Alrededor de los 5,5 km, una muralla casi vertical me demostró en toda su pendiente que estas cosas no estaban hechas para aventureros. Todo el impulso con el que había llegado se frenó bruscamente mientras trataba de aclimatar mis piernas a esa escalada. En esos 500 metros perdí toda la ventaja que había acumulado, la liebre de los 50' volvió a pasarme, y llegué a los 6 km con 30'10" (parcial de 5'35"). Pero lo peor era que había derrochado energías tal vez imposibles de recuperar sobre ese escalón, y según lo que veía paso a paso, no había señales de bajada de allí hasta el finish. Aún esforzándome para mantener el ritmo, me alejaba inexorablemente del cartel que me precedía: 5'09", 5'06" y 5'13" me proyectaron, en el km 9, a 45'38". No era ni lejanamente un mal tiempo, es más, prácticamente me aseguraba un extraordinario récord personal, por debajo de los 52', tal vez incluso de los 51'.

Pero me daba rabia pensar en esa desaceleración abrupta. De haber sabido lo que me esperaba, podría haber manejado un poco mejor el cuarto y quinto kilómetro para llegar más descansado a la subida, y perder a lo mucho la mitad de ese minuto de ventaja que se me había esfumando entre los km 5 y 9. Decidí ir al suicidio, forzando todo en los últimos mil metros de subida constante, y arriesgar las piernas si era necesario, con la firme convicción de no volver a correr por todo el tiempo que quisiera. Era un último esfuerzo, que fue realizado con muy poco estilo, sin fijarme mucho en el ritmo de la respiración y menos aún en el pulso, simplemente apuntando a la llegada. La última recta fue terrible, y si no terminé caminando fue sólo por la cantidad de gente que se encontraba a los lados de la calle: en la vida me hubiera expuesto a un ridículo semejante. Es más, hasta aceleré un poco, pasando varios corredores, dando la impresión de que venía con energías. Nada más falso. Prácticamente llegué gracias a los últimos vapores de gasolina que quedaban en el motor...

50'19" (*). Km 10 a 4'41". Había bajado mi record en 3'13", es decir una mejora del 6%... que incluso era aplicable a mi última carrera de preparación (un segundo por encima del récord anterior), por lo que, a pesar de todo, en una semana me había sacado más de 600 metros de ventaja. Impresionante. La euforia me asaltó, a tal punto que, luego de recoger la medalla y tomarme varios litros de hidratantes, me enrumbé caminando hacia mi casa... a casi 4 km de distancia de la llegada. A diferencia de la vez pasada, no sentía ningún dolor en los pies, no tenía las piernas endurecidas, no tuve necesidad de dormir toda la tarde. Me sentía cañón.

Hoy, en cambio, no. Pero tengo que admitirlo. Recordar la carrera me ha quitado el cansancio. Claro, también podría ser el efecto retardado del café que tomé hace un rato. Pero me gusta pensar que, muy en el fondo de mi ser, la llama de ese día me ha vuelto a alumbrar. Y se siente muy bien.

(*): ese es el tiempo que yo cronometré (ver foto). El tiempo oficial, tal como salió dos días después en la página de Nike, fue de 50'21". No creo que haga diferencia para el análisis posterior.


viernes, 12 de septiembre de 2008

Manifesto!

Pego aquí la traducción de parte de uno de los posts más exhilarantes que he tenido la dicha de leer. El original lo encuentran aquí. Es una especie de plataforma política muuuuuuy sui generis que, sin embargo, resulta menos absurda de ciertas propuestas que oigo por parte de nuestros representantes... ver (o leer) para creer.

"Los dogmas no son lo que yo entiendo por vida. Lo que quiero es una revolución permanente, destruir y reconstruir, del amanecer al anochecer. Nuestro manifiesto es, fundamentalmente, un avión de papel lanzado al ojo del aburrimiento. Escribo esto mientras estoy desnudo, envuelto en una sábana y comiendo una galleta. Lo cual constituye el look revolucionario, además de los cascos con púas y las gafas de buceo. Las migas ahora cubren mi sábana, así como pronto cubrirán los campos. Los perros se alimentarán con ellas y tendrán el control de las fuerzas armadas.

Todos los líderes tendrán mostachos y vestirán uniformes, pero no poseerán ningún poder efectivo. Lanzar una torta en la cara de alguien será considerado socialmente aceptable. El mango será la fruta oficial y la edad para poder beber será reducida hasta el momento de la concepción. Cada ciudadano será invitado a postular una propuesta política, y cada seis meses una de ellas será escogida al azar e implementada. Destruiremos ciudades horribles para crear hermosas ruinas. Para desalentar el uso de autos y por lo tanto el consumo de petróleo, todos los estacionamientos serán convertidos en Zonas Autónomas, donde se impulsarán las cabañas prefabricadas, los tambores tribales, el arte callejero, la comida al aire libre y el nudismo. Luego, todo el mundo será declarado un estacionamiento.

El multiculturalismo será reemplazado por el culturalmultiplismo. Todos los ciudadanos podrán acumular puntos por actos notables de caridad y arte, y de esa manera obtener títulos como Barón, Conde, Khan, Gran Duque y Funkmaster. Todo el que tenga un plan utópico podrá someter su propuesta al gobierno y, en el caso que fuera aprobada, obtendría la posesión de una pequeña isla en la cual conducir experimentos sociales. Si éstos resultan exitosos, serán implementados en la tierra firme. "Our house", de Madness, será el himno nacional. Los suizos serán obligados a tomar un partido. Mítines y marchas, por cualquier razón, todos los días!"


jueves, 11 de septiembre de 2008

El equipo de la gente (?)

Me siento a escribir este post doce horas luego de haber visto uno de los goles más positivamente inesperados que recuerde, y todavía no se me descarga el shot de adrenalina. Lo mejor de todo es lo absurdo de la situación en la que se circunscribe esta extraña reacción emotiva: un empate de local por parte de un equipo que anda noveno en un grupo de 10, donde clasifican 4, cuyos mejores jugadores han sido defenestrados por graves problemas de conducta y que viene con un récord de 1 victoria, 4 empates y 3 derrotas, con 5 goles a favor y 16 en contra. Ah, y todo esto en la octava fecha jugada de 18 programadas. Así como lo leen, y si no he puesto (?)s por todos lados es por un mínimo de vergüenza.

Proporcionalmente, me imagino que si un gol similar se hubiera dado en una final del Mundial o de la Champions, estaría hospitalizado con graves complicaciones cardiacas o tal vez me hubiera llevado a la tumba el grito desaforado de gol. Pero no todo es perfecto (?)

Minuto 93' o, como le gusta más a la FIFA, 90'+3' (?). Perú, uno de los peores equipos del continente, se enfrenta a Argentina, bicampeona mundial, bicampeona olímpica, segunda en la tabla de las eliminatorias. Luego de un partido jugado al tope máximo de sus posibilidades, y donde el espectacular Carrizo ha salvado en dos oportunidades el arco blanquiceleste de una caída segura, ese equipo de segunda o tercera categoría se encuentra abajo 0-1 con un gol marcado en los últimos minutos, en la única y más bien relativa distracción defensiva. Su historia dicta que el partido acabe así. Las habilidades del adversario, con grandes dominadores de la pelota en su plantel, avalan esa impresión.

Y de pronto, el milagro, la sorpresa, el destello de caos que rompe los esquemas. Última jugada del partido, faltan 40" o quizás menos, Messi intenta irse al corner para perder tiempo, se asusta cuando se ve rodeado por tres peruanos, trata de pasársela a Zanetti, le rebota a Vargas que la puntea sobre la línea, la Pulga se queda mirando, el Loco mete un chutazo a cualquier lado, Rengifo la para de espaldas al arco, a 20 metros de la línea de mediocampo, presionado muy levemente por Coloccini, la devuelve a Vargas que está llegando a trote ligero mientras Messi mira el cronómetro del estadio, el hombre de la Fiorentina mete segunda, tercera, cuarta, Battaglia va al cruce, lo empuja, forcejea, se le cuelga del cuello, avanzan envueltos y enmarañados por unos 35 metros, al final Vargas saca un par de caballos más de potencia quién sabe de donde, se sacude al argentino de encima cuando aún faltan 10 pasos al área rival, levanta una vez la cabeza, ve llegar a los dos centrales y al Cholo Fano entre ellos, pica un poco más, roza el vértice, vuelve a mirar hacia el centro, da unos pasos más en territorio enemigo, justo cuando el árbitro recoge su silbato, mete un centro tenso y con comba hacia el centro del área chica, Demichelis y Díaz se quedan pasmados e inmóviles en toda su estatuaria humanidad, mientras el rústico y poco agraciado Fano se lanza al suelo con el pié derecho estirado y anticipa milimétricamente al pobre de Carrizo, con la pelota que entra debajo de su cuerpo. Y fin. Fin en todo sentido, porque el partido se acabó right there, right then. Festejo, locura, histeria, cronistas llorando, público festejando en las afueras del estadio (habían salido luego del 0-1), chicas en cueros... ah, no ahí cambié canal y, por la hora, me pesqué un porno bastante softcore (?). Anyway, por supuesto, seguimos tan eliminados como siempre. Pero a eso pensaremos otro día.

Hay que destacar a varios. Primero, al entrenador, porque por azar, coincidencia, intervención divina, locura o tal vez intuición pura y genuina, acertó el 90% de las decisiones que debía tomar. No llamar a los juergueros: check. Llamar a gente de segundo nivel pero motivada: check. Confiar en Zambrano (19 años y ni un solo partido oficial over-17, ni en selección, ni en el Schalke 04) en el centro de la defensa: check. Poner doble contención en la volante: check. Mantenerlo a Solano, supuestamente pre-jubilado, para generar juego: check. Jugársela por los parias (?) Alva, Chávez y Fano arriba: bastante check (?).

Butrón no tuvo grandes intervenciones en los dos partidos, pero estuvo atento cuando se requirió. Prado cubrió decentemente el lateral derecho y tuvo algunas avanzadas hasta el fondo, teledirigido por Ñol... no es lo máximo pero es lo que hay. Zambrano es la revelación defensiva peruana de la última década(?): impresionante por biotipo, velocidad, anticipación, personalidad, todo; si se mantiene así en la doble fecha que se viene, lo elevo a los altares (?). Rodríguez y Vílchez lo apoyaron bien. Vargas merece un monumento por esa carrera desmesurada para el empate con los de Basile, pero si pateara más al arco sería mejor; tal vez necesita alguien con más ida y vuelta delante a él. Torres y De la Haza por fin nos entregaron 180 minutos de solvencia en la contención: a lo mejor ya encontramos a la pareja ideal (?), aunque se llenen de amarillas a una velocidad impresionante. Solano es Solano: ya no corre, ya no mete golazos de tiro libre, ya no hace acrobacias, pero tiene un pié derecho desencajable a voluntad y mete pases que ni Beckham; con tanto obrero en la cancha, es imprescindible. Alva estuvo fenómeno con Venezuela (parecía un brasileño naturalizado o algo así) y un desastre con Argentina (jugamos con 10 durante toda su estadía en el lateral); tal vez sintió demasiado la presión del Pupi. Chávez no termina de convencerme, probablemente porque es un 9 de bolsillo y lo usamos como 10 y 1/2 de cabotaje, pero el chico ve el arco y defiende la pelota contra centrales que son el doble que él. Fano sigue vivo en los recuerdos de los defensas vinotintos y gauchos: tocó más veces a sus adversarios que a la pelota, es rústico como pocos (a veces parece tener ladrillos en los pies), no tiene sprint, pero se pelea como si no hubiera un mañana y de paso hasta hace goles: es el Toni peruano pero más chato y feo (?)

¿Hay equipo para soñar? Lo dudo. Pero por lo menos esta gente se faja; no creo que pierdan por goleadas absurdas, y probablemente consigan ganar los partidos ganables y salvar alguno que parecía perdido. Ahora, si en esta mentalidad trabajadora se insertara arriba, por ejemplo, a Guerrero (suspendido por otras 4 fechas...damn it!) o a Farfán (cancelado por puterío), hasta me la creería más. Y falta un volante izquierdo que se desdoble con Vargas y le sirva de apoyo, porque Alva es segunda punta, no carrilero; o si no, tampoco estaría mal un habilidoso (Sánchez? Manco? Ísmodes?) que se cruze con el segundo delantero, en una subespecie del 4-2-3-1 que tanto le gusta a Chemo. Pero por lo menos ahora hay un núcleo que, de momento, es intocable: Butrón, Zambrano, Rodríguez, Vargas, Torres y Solano (suspendido contra Bolivia) son fijos en cualquier equipo que se plantee. Prado y De la Haza, a falta de reemplazos, no perderán sus puestos. Y si no vuelve algún exiliado o aparece de pronto alguna luminaria (?), creo que Fano es el 9 de esta selección. No estaría tan seguro sobre Alva y Chávez, pero estamos hablando de 2 sobre 11. El grupo, básicamente, está formado.

Y así, señores, se concluye una nueva fecha doble de las eliminatorias sudamericanas al Mundial. Ningún equipo ganó los dos partidos. Paraguay empató de visita en Buenos Aires y pasó por encima de Venezuela como local, fugándose en la cabeza de la tabla y a sólo 11 puntos de la clasificación (faltan 10 fechas...). Brasil vapuleó a Chile en Santiago (0-3) y empató increíblemente 0-0 con Bolivia en cancha de Botafogo (Dunga, ¡dimite ya!), pero por lo menos mantuvo la media inglesa, aunque obteniendo los puntos al revés de lo que indicaba la lógica. Uruguay siguió su ejemplo, expugnando Bogotá antes de aburrir a proprios y extraños en Montevideo contra Ecuador (0-0). Este último en cambio se la jugó bien, considerando que antes había derrotado 3-1 a Bolivia en Quito. Chile tenía doble fecha de local: recibió 3 de los brazucas y endilgó 4 a los colochos; 3 puntos y un +1 de diferencia de goles como saldo no está tan mal. Argentina decepcionó con 2 empates 1-1, Bolivia sigue última pero sacó un punto a pesar de tener dos visitas consecutivas, Venezuela se viene cayendo fecha tras fecha (en las últimas 4, un empate y 3 derrotas).


La situación actual:

1. Paraguay está con un pié en Sudafrica o donde diablos se termine jugando el 2010 (Brasil? Australia? México?). 17 puntos, 4 más que el segundo, 5 más que el quinto (o sea, el límite para la clasificación directa), 7 más que el sexto (para el repechaje). Está 5 puntos por encima de la media clasificatoria... es decir, podría limitarse a ganar 4 de los 5 partidos de local que le quedan y perder sus 5 visitas, y estaría igualmente clasificado. Terrible.

2 y 3. Brasil y Argentina van de la mano en la mediocridad: 13 puntos, resultados poco convincentes o alternos, pero todos saben que igualmente van a clasificar y las preocupaciones son más bien bizantinas (?). Lo que no quita que Dunga (rácano) y Basile (ya no me quedan adjetivos) deberían irse lo antes posible. Es una pena ver a las potencias jugar tan pobremente, aún con las grandes figuras en el campo. Para exponerlos a la sorna pública y a las lesiones, mejor jueguen con combinados de la segunda división paulista y de la liga de Tucumán (?). Peor no creo que les vaya.

4. Chile se engarzó en la lucha, alcanzando a los 2 grandes. Mantuvo el último cupo directo desarbolando en el proceso a Colombia, y la derrota humillante ante Brasil puede interpretarse como el clásico malus de lanzarse al ataque suicida en el mejor estilo Bielsa. A veces va bien, a veces no, lo que nunca falta es la sangre (?). Pero ojo que, en el bien y en el mal, el credo de su entrenador está calando hondo en el equipo. Y en los partidos de vuelta, les tocan en casa Bolivia, Venezuela y Ecuador... ojo con el goal average. Y siguen +1 sobre la media clasificatoria.

5. Uruguay es una lágrima como local. En 5 partidos (sobre 8!) en el Centenario, sólo le ganó a Perú y Bolivia... y así machadas como ganar en Bogotá terminan perdiendo su significado. Tiene 12 puntos, pero el desbalance entre localía y visita y su mediocre rendimiento en casa lo ponen a -5 en la media, igual que Ecuador y Perú. Así como así, se viene un descalabro terrible en la segunda ronda.

6. Colombia se cayó en esta fecha doble. Venía invicto y se va con 0 puntos, una derrota por la mínima en casa, una derrota apabullante de visita, se quedan en 10 unidades. Que no tenían una delantera efectiva es notorio y hasta crónico, pero al menos la defensa se mantenía en pié. Ahora no queda ninguna certeza, se quieren volar a Pinto... siguen en la media de clasificación, pero en octubre les toca Paraguay y Brasil. Uuuuuuuuuuh...

7. Para Ecuador, Sixto Vizuete es un talismán. Venían de 3 derrotas en las 3 primeras fechas, botaron a Suárez entre un partido y otro, y de pronto el bueno de Sixto saca 5 fechas invicto (incluyendo doble visita al Río de la Plata), con 9 puntos totales. Sigue muy abajo en la media (-5), y hay que ver que pasará cuando se acabe la magia... aunque las visitas que le quedan por jugar no son tan temibles (Venezuela, Perú, Colombia, Bolivia y Chile), y en la altura de Quito todo es posible.

8. Perú resurgió (relativamente) con su primera victoria pero sobre todo con el increíble empate ante Argentina... y eso es lo que desconcierta de esta selección. Está invicta como local, luego de empatar contra los 3 primeros de la tabla (Paraguay, Brasil y Argentina) y contra Colombia, y vencer a Venezuela. Pero afuera... 0-2 con Chile, 1-5 con Ecuador, 0-6 con Uruguay. Y en octubre se viene fecha doble como visitante. Mamita (?). Por lo menos el equipo lucha hasta el último minuto (más descuentos) y se ha cerrado el cabaret de principios de eliminatoria; si la moral sigue alta, se podría soñar con 4 puntos entre La Paz y Asunción... sí, vamos, total soñar no cuesta nada (?). Igual está a -5 de la media, y me temo que los puntos que faltarán al final son los del empate en Lima con Colombia. He dicho.

9. Venezuela se vino abajo luego de la brillante idea de fastidiar a Páez (el bienamado Robbie Williams viejo) y mandarlo a entrenar al exitoso fútbol peruano (?). Cuatro partidos, 1 punto; van por -4 de media (la victoria inicial en Quito todavía tiene sus ventajas), espera a Brasil y Ecuador en casa. No puede fallar contra los equinocciales (?), salvo algún regalo extemporáneo de los Dunga boys, o se arma la crisis. Luego no digan que no avisé (?).

10. Bolivia... qué podemos decir. Cada vez que voy a soltar su epitafio, pasa algo raro. Un punto en las primeras 5 fechas y luego le ganan ... a Paraguay!!! (única derrota de los guaraníes). Pierden mal en Ecuador... y empatan en Brasil!!! (sólo Argentina salió indemne en la tierra de Pelé). Por lógica, se viene un nuevo hipo: ahora tiene 2 partidos en casa contra Perú y Uruguay. El -7 de la media es irrecuperable: ¿se imaginan a Bolivia ganando los 4 partidos de visita que le quedan? no? Yo tampoco. Pero a alguien por ahí le van a sacar algún puntito doloroso, y a otros se los van a regalar. Y por cierto, abajo Evo (?)

En un mes, regresaremos a la bizarrez (?) Espero esta vez emocionarme con resultados más redondos, y no me refiero a un 0-0 (??).


lunes, 8 de septiembre de 2008

Setiembre '08

Seguimos para adelante (no sé si físicamente se pueda seguir hacia atrás...), 21 meses de existencia, un blog paralelo corriendo hasta ahora puntualmente con frecuencia semanal. Sigo siendo un blogger y eso en las condiciones actuales es todo un éxito. Ya pasamos el hito (?) de las 30 mil visitas, y un anónimo lector de Guinea Ecuatorial acaba de hacernos alcanzar los 100 países que nos han visitado... cossssa de locosssssss (?).

Capítulo ránking. Impresionante levantada de Pin Up en los últimos 3 meses (casi 600 visitas!), que lo proyectan al sexto puesto y en buena posición para atacar el quinto o incluso el cuarto. Pero el notición es que luego de lunas y lunas (a.k.a. desde abril) hay bagarre en el podio, con Bon Jovi - Always que empata numéricamente y técnicamente (?) en el segundo lugar con Ne-Yo - Because of you, aunque este último mantiene el puesto (por ahora...) por su menor antigüedad. Pero asumo que para hoy (4 días después del cierre de datos) ya debe haberse efectuado el sorpasso. En todo caso ambos siguen muy, muy lejos del techo del mundo (?) dominado por un mes más (y de este paso, por varios más) por Hilary Duff - Stranger. Hoy se cumplen 13 meses de su posteo, y 6 desde que asumió el liderato. Increíble.

En cualquier momento (?) se viene el necesario post sobre mi última 10K... una auténtica epopeya de sudor, sudor y más sudor... la sangre y las lágrimas quedan para la próxima vez (?). Mientras tanto, todos los lunes encuentran un nuevo post en el otro blog... aviso válido sólo para los fans, eh. Para los demás, que siga la fiesta!

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Y los incautos a la fecha son...