viernes, 9 de febrero de 2007

Ourobouros

Escribir una novela es un proceso sumamente trabajoso, casi masoquista, de nunca acabar.

He terminado el primer draft, a una hora indecente de la madrugada. Un parto difícil, casi una pesadilla. La redacción final me ha tomado casi dos meses, definir su estructura definitiva nueve más, los primeros bocetos tienen casi cinco años.

Cuando al fin siento el gozo físico y espiritual de tener en mis brazos el fruto de tanto sufrimiento y desgaste neuronal, mi cabeza a veces demasiado estructurada comienza a elaborar las etapas sucesivas.

Revisión ortográfica. Revisión de continuidad. Revisión estructural. Revisión de estilo. Realización de correcciones. Relectura. Diseño gráfico. Diseño de portada. Impresión. Delivery.

Quedan dos semanas. Y este esfuerzo literario comienza a parecerse a una culebra mordiendo su propia cola.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero cuando termines el parto y lo tengas en tus brazos y te mire con esa carita de..... portada, y veas que lleva tu sangre, ya veras que felicidad...

Claudius dijo...

Lo mejor será cuando me entere que lo quieren conocer en todo el mundo, salga en las noticias, y me inviten a hablar de su éxito...

en ese momento será felicidad completa.

Google
 

Y los incautos a la fecha son...