lunes, 10 de diciembre de 2007

Memories (may be beautiful, and yet...)

Hace tiempo vengo intentando pensar en una forma de sistematizar mis recuerdos. Como es obvio, no todos, eso sería inútil, infinito y sobre todo demasiado complicado. Pero sí me gustaría retroceder a través del tiempo e identificar, hasta donde sea posible, imágenes o hechos muy puntuales que representen el punto de partida de cosas que sigan significando algo importante para mí.

Hoy tuve unas experiencias sinestéticas tremendas. Entré en la sucursal de un banco y el olor del aire acondicionado, mezclado con quién sabe que partículas suspendidas en él, café, tabaco, menthol, me trasladó instantáneamente a la oficina de mi padre, circa 1987; poco antes, pasando por la cafetería, el ensemble de aromas que flotaba en ella me recordó exactamente a como olía la casa de mi tío cuando llegué desde Italia, en octubre del 1984.

Pero estos son ejemplos un poco desligados del experimento que quiero hacer; simplemente me han dado una idea de qué tan detallados y recuperables pueden estar mis recuerdos. Hay momentos incluso más atrás en el tiempo; nunca olvidaré la primera vez que vi una caja de Risk!, cuando tenía 5 años: el diseño que tenía me persiguió hasta que, una década después, pude hacerme con un ejemplar similar... y volverme un fanático del juego a los pocos minutos.

Otro caso más drástico: el sábado estuve probando mi nuevo Home Theater con Kingdom of Heaven, y cuando vi una imagen específica en la pantalla, con un dropel de Templarios alineando sus caballos sobre una duna, me fue imposible no recordar un momento muy parecido que aparecía en la miniserie Marco Polo, de 1982, y que quedó grabado en mi cabeza. Ese es un frame que puedo asociar con muchas líneas mnemónicas divergentes: el álbum Panini con las imágines de esa fiction es el primero que recuerdo haber completado, y nunca se me va a borrar de la cabeza el olor tan característico de los stickers; recuerdo claramente haber preguntado quienes eran esos caballeros medievales con una cruz roja en el pecho (no sé quién era el interpelado, pero fue la primera vez que oí mencionar a las Cruzadas); me enteré que los chinos habían inventado los fideos y los fuegos artificiales, o que su emperador se llamaba Gran Khan (sólo un tiempo después aprendería que esa era una dinastía mongola); e impulsó una de mis primeras incursiones en el Atlas, siguiendo el Camino de la Seda.

Pensándolo mejor, hay otro elemento que surgió de allí: fue la primera vez que me encontraba con una historia que no se desarrollaba de forma cronológica. Si mal no recuerdo, la narración comenzaba en una prisión veneciana, donde Rustichello da Pisa le contaba a algún colega encarcelado las aventuras vividas por los mercaderes genoveses. Eso debe haberme supuesto una enorme confusión mental en esa época (tenía 3 años y algunos meses...) al comparar ese incipit, aparentemente desconectado con el desarrollo de la historia, con los cuentos que había oído hasta ese momento. Estoy seguro que mi pasión por la narrativa cronológicamente fragmentada tiene su embrión en la sorpresa producida por ese descubrimiento.

Sin embargo, sólo mucho tiempo después decidí que algún día sería escritor y utilizaría recursos similares a la hora de plasmar las historias que tenía en la cabeza. No creo equivocarme al identificar el año exacto, 1989, probablemente entre los meses de julio y agosto. Para ese entonces, muchos factores habían entrado en juego: había leído un número respetable de libros (con particular énfasis en La isla del tesoro, la Biblia (completa, en 1987), una enciclopedia mitológica, La Vuelta al Mundo en 80 días, Viaje al Centro de la Tierra y Corazón), había visto series de dibujos animados que impactaron mi imaginario de forma dramática (Lady Oscar, sin duda alguna... los violines con los que arranca su opening y la artística imagen que se desvelaba en el ending me siguen provocando algo similar a la Síndrome de Stendhal); y había empezado a disfrutar el cine como se debe (admirar Indiana Jones & the Last Crusade tuvo bastante que ver con eso).

En resumen, había juntado un tal corpus de tramas almacenadas en mis neuronas, todas intrigantes y todas distintas, que definí que eso era lo que quería hacer cuando fuera grande: contar historias. De lance, de un día para otro, me mandé con 3 embriones de novelas al mismo tiempo, que nunca superaron el puñado de páginas cada una; no sé si alguien habrá conservado esas hojas de block rayado, escritas con lapicero azul, y la verdad ni recuerdo de qué trataban. Pero son el punto de partida de todo.

Y podría seguir así por horas, desempolvando retazos de espacio-tiempo. Un cuaderno de recortes con los resultados del Mundial de España '82 (y en las páginas que quedaban, el mundial de Formula 1 de 1983). Una pelota con el logo de las Olimpiadas de Los Angeles '84, o el mapa con los países que las boicotearían pintados de un agresivo color rojo, en alguna revista (en un artículo donde también ponían las fotos de grandes atletas que no participarían por ese motivo, entre los cuales un jovencísimo Sergei Bubka). Las canciones de moda del momento, grabadas por mi madre en unos cassettes TDK grises. El sabor de mi torta de cumpleaños del '83.

No queda nada de eso, sólo sensaciones que se han perpetuado en mí y al parecer, y por suerte, no tienen intenciones de irse. No están en las fotos, no están en las repisas, no están en ningún baúl, cajón o archivo de mementos. Pero eso no significa que no vivan. Algún día la vejez irá carcomiendo los almacenes mentales donde se encuentran, impidiéndome recuperarlas, pero estas líneas serán las migajas de Pulgarcito, el hilo de Ariadna que me guiarán de vuelta a casa.

Nota: el título del post viene de la canción de Barbra Streisand The way we were. La estrofa completa dice memories may be beautiful and yet what's too painful to remember we simply choose to forget. Dramático, conciso, inevitablemente verdadero.

UPDATE (11/12): Acabo de comprar via eBay.it, luego de una subasta feroz, un ejemplar completo del álbum de Marco Polo del que hablaba. Así de poderosa es la fuerza de los recuerdos...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

10

10 meses de existencia del blog... y nos vamos acercando peligrosamente al primer cumpleaños! En algunos días más deberíamos alcanzar también las 12 mil visitas, otro hito importante que se logra en este tiempo. Además, creo que con la reformulación de las publicaciones anunciada en este post voy a poder dar sostenibilidad a las publicaciones en un plazo mucho más largo.

Como anuncié, los ránkings tendrán actualizaciones mensuales y hoy toca la primera. Como es obvio muchas estadísticas que se venían calculando, como los récords semanales para mejor ascenso, número de visitas, mejor nueva entrada dejan de ser comparables con los registros actuales, lo cual en buena parte permite tener una mirada menos efectista a lo que realmente sucede con el público de este blog. Aquí están los resultados:


Páginas más vistas:

















Videos más vistos:

















Creo que los manchones rosados en los primeros puestos de ambos ránkings define muy bien la concentración de las visitas. Salvo excepciones muy puntuales (como el rápido ascenso de Spice Girls - Wannabe, 11 visitas y +88 puestos, o las nuevas entradas, de las cuales hablaremos luego), los mejores resultados de este mes se aglomeran en posts que ya tenían una posición interesante.

Lo más resaltante es que el primer puesto está en plena discusión: 30 seconds to Mars - From yesterday se comió 126 visitas de diferencias sobre Chain reaction, quedando a -9 (dato curioso del día: son posts publicados en días sucesivos, el 19 y 20 de julio). Es más, hace algunos días había conseguido el sorpasso, pero una brusca recuperación en las últimas horas por parte del actual líder (ayer, por ejemplo, consiguió 23 visitas contra 5) mantiene las cosas en la incertidumbre.

Más atrás la situación está más estabilizada, con márgenes amplios entre un puesto y otro. Entre los primeros diez hay 8 videos y 2 artículos sobre top models: es una coincidencia? Por otra parte, las nuevas entradas aprovechan en muchos casos el tiempo extendido que han tenido y obtienen resultados significativos, especialmente Spice Girls - Headlines que aterriza directamente al número 63, a diez visitas del top 40.

En un mes más, nuevos ránkings y, muy probablemente, nuevo líder.


lunes, 3 de diciembre de 2007

Miscellanea

Ciertamente postear luego de diez días representa tanto una demostración de relajo total de mi parte, como un poco de descuido hacia este querido blog. Egoísticamente, puedo decir que este sistema libre de ataduras cronológicas me da mucho más tiempo en el día a día, y eso se agradece; al mismo tiempo, viendo las estadísticas de las visitas (que el miércoles darán vida al resumen mensual, con nuevos y asombrosos resultados en los ránkings), parece que no hay una relación directa entre posteo y afluencia de público, lo cual no deja de ser positivo. Pero como no quiero desaparecer del todo del planeta blogueador, vamos con un breve resumen de como me pinta la vida en este periodo de incomunicación.

Tal como pensaba, el trabajo se puso pesado en los primeros días, así que dejar de postear me dio algunos minutos de aire para no ahogarme en el papeleo cotidiano. Sin embargo, apenas bajó un poco la intensidad laboral, me encontré con unos recortes de tiempo interesantes. El primer día me dediqué a jugar Solitario Spider; el segundo llegué a hacer una partida, antes de preguntarme qué diablos estoy haciendo? Así que me dejé de tonterías e inicié a escribir mi segunda novela. Sí, suena loco pero a eso estoy dedicando cada momento libre en la computadora, luego de casi nueve meses sin hacerlo. A diferencia de lo que planeaba hacer (tal como detallaba en este post), mi nueva producción no será Cobalto (ese era el nombre en código del proyecto) con sus múltiples storylines y algún final feliz por ahí.

He retomado mi idea inicial, expuesta hace 270 días, y me he lanzado en la redacción del remake del que hablaba. Resumiendo las pistas que dejé, es una actualización (potencialmente muy polémica) de un clásico e hiper best seller (?) sobre el cual no están vigentes derechos de autor (algo muy conveniente); no creo destapar el asunto con algunos tips más. El alias para el proyecto es Oblivion; tiene poderosos referentes en La guerra del fin del mundo de Vargas Llosa (una parte de la estructura narrativa está deliberadamente inspirada en una idea similar que se presenta allí) y Heart of darkness de Conrad (hay un personaje en viaje hacia un mundo desconocido y olvidado); tiene un prefacio, un prólogo, 33 capítulos y un epílogo.

Recién voy por las primeras 20 páginas, con el prefacio completo y el prólogo casi completado. Calculo que si me aplico con constancia a esto, podría estar terminándolo para mi cumpleaños... y sería mucho antes de no ser por el enorme bloqueo que se viene por Navidad - Boda - Año Nuevo, que me paralizará (en términos de redacción) por lo menos 2-3 semanas entre preparativos y festejos. Por lo tanto tengo que intentar avanzar lo más posible antes de llegar a mediados de este mes, o me encontraré en un buen atolladero...

Una vez completada esta novela, me daré un tiempo para una revisada total de mi anterior novela (puedo desvelar el título oficial, 21), que será como la versión director's cut de una película; en la prisa por terminar de escribir antes de la deadline del concurso en el cual participó, tuve que reducir y simplificar la trama, recortando algunos personajes, fusionando otros, reduciendo el espacio para el desarrollo de ciertos caracteres, etc. Mi idea es volver al texto y estudiar detenidamente en qué partes sería mejor reincorporar algunos de los cortes realizados, con el outline original a la mano; tratando en lo posible de poner más pulpa a lo contado pero sin llegar a frenar el ritmo narrativo (que en la versión final era bastante arrollador, algo que me dejó particularmente satisfecho). Terminado ese trabajo, y con dos novelas completas, empezaré el tour por las editoriales. Si algo bueno se ha gestado en estos tiempos en el panorama literario local es la proliferación de editoras; espero que alguna de ellas se interese en mi hasta ahora reducida opera omnia.

Cambiando de página, los trámites para la boda están prácticamente finiquitados. Quedan por hacer algunos pagos de servicios, pero todos ya están contratados (salvo la música, que tengo que coordinar lo antes posible); la luna de miel al Caribe se postergó por una subida espectacular en los precios de los pasajes aéreos (claro, salir de viaje por Año Nuevo no fue exactamente una idea brillante), así que se realizará en plena temporada baja, en algún próximo futuro.

Regresando a los tristes temas de la selección, ayer Jaime Bayly reveló infidencias del personal del hotel donde se realizó la concentración para los partidos frente a Brasil y Ecuador. Como me sospechaba, parece confirmarse que Guerrero sí salió del hotel tarde, que los jugadores no respetan en absoluto la autoridad de Del Solar (por ejemplo, luego del empate con los brazucas se introdujeron mujeres al hotel, en plena concentración!), y otros detalles que, si confirmados, terminan por hundir aún más la imagen de ese grupo. Me huelo un inminente movimiento a lo Que se vayan todos!

Por otra parte, parece que ya es hora de repotenciar mi computadora doméstica (la de la oficina me la han cambiado la semana pasada); ayer uno de los slots de la mainboard se fue al diablo... mala señal. Durante esta semana tengo que tomar acción al respecto.

Se acerca el verano, las fiestas, un nuevo año. Quién sabe que nos deparará el futuro. Por ahora, a seguir la corriente evitando voltear el bote.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Depression

No, no voy a hablar de la caída de la bolsa, que ayer por fin tuvo un día positivo luego de 7-8 bajadas catastróficas. Tampoco de las malas vibras que me producen algunas situaciones en mi oficina. Menos aún del continuo desangramiento monetario producido por los costos de la inminente boda. Tengo que escribir sobre algo aún más sofocante, por la total ausencia de esperanzas de solución que tiene, a diferencia de las demás cosas: la bolsa a la larga recuperará posiciones, algún día encontraré otro trabajo, la boda es en cinco semanas y nunca más se repetirá. Pero no veo posibilidades de que los problemas de la selección peruana en estas eliminatorias encuentren un arreglo. Es una tragedia truculenta, con tintes costumbristas y mucha, mucha, mucha oscuridad en su interior.

Trataré de ir en orden y poner las cosas en claro. Quien dice que las selecciones de Navarro y Uribe jugaban mejor, mienten: no sólo no empleaban a jugadores indispensables por rencillas personales (Pizarro en el primer caso, Solano en el segundo), ni tenían un módulo productivo para el funcionamiento del equipo, ni reunían un perfil mínimamente adecuado para el puesto, sino que además ver sus selecciones causaba una pena inmensa. Iría más allá: creo que las únicas representativas nacionales de los últimos 20 años que estuvieron cerca de tener un juego aceptable (sin llegar a tenerlo) fueron la de Oblitas ('96-'99) y la de Autuori ('02-'04), y hay que recordar la masacre a la que fueron sometidos, a pesar que con el primero estuvimos a un punto del Mundial y eliminados por penales en cuartos de la Copa América, y con el segundo llegamos hasta la fecha 13 de eliminatorias con posibilidades intactas y claras de clasificar (ganando en casa con Ecuador hubiéramos estado en el quinto lugar, a tres puntos del tercero, a -2 y -1 en la línea de clasificación respecto al cuarto y tercero).

Otro mito que se oye es que la goleada nos ha quitado de la competencia. Eso es falso. Si analizamos los resultados obtenidos en base a la línea de clasificación, notamos que el empate en casa con Paraguay nos causó -2 puntos y la derrota en Santiago otro -1; las tablas con Brasil y la derrota en Ecuador se anulan, representando respectivamente un +1 y un -1. Es decir, nuestras posibilidades son idénticas a las que teníamos cerrando la segunda fecha: para recuperar el -3 acumulado, se requiere ganar un partido de visita (Venezuela?) y empatar uno de los 3 partidos que quedan contra los grandes (con Argentina ya clasificada, en la penúltima fecha?). Claro, de haber ganado en Quito ya estaríamos en la línea, pero en mis clases de filosofía me enseñaron que no se pueden comparar situaciones reales con utopías nunca realizadas, así que no puedo aunarme al coro de los eliminacionistas.

Más aún, en el post sobre los demás partidos anoté algunas enormes recuperaciones de Ecuador y Uruguay, que tenían un puntaje mucho peor y con menos fechas por jugar, y sin embargo lograron entrar entre los primeros 5, logrando hazañas notables (principalmente, sacando puntos a los grandes, pero también ganando como visitante en plazas no tan inexpugnables). No es por decir, pero si una selección no logra ganar en casa y empatar afuera a los rivales directos, no merece clasificar, punto y a parte. Y lo mismo si pierde puntos en casa y no logra recuperarlos con algún triunfo de visita. Lo que me fastidia es que sigo convencido que jugando el partido en condiciones normales (ya hablaré de las anomalías más adelante), ésta era la victoria de visita más probable. Veo imposible derrotar a Paraguay en Asunción, Colombia tiene la altura de Bogotá y una buena defensa, Bolivia los 4 mil metros de La Paz, Uruguay juega bien aún sin obtener resultados... el único partido afuera donde tengamos más posibilidades de ganar que hace dos días será en Venezuela. Que, para las crónicas, nos viene ganando en casa regularmente.

Probablemente la gente se ilusionó mucho por el empate con Brasil, conseguido contra un adversario que fuera de sus fronteras juega con el freno a mano puesto, con una diferencia abismal en los intentos a puerta (Penny fue figura, Julio Cesar ni se ensució la camiseta), a través de un autogol infantil, gastando tarjetas amarillas de forma absurda, sin que los delanteros produjeran ni una ocasión clara de gol. Antes de eso, nos habíamos salvado de milagro con Paraguay (sin Santa Cruz) en casa y habíamos caído frente a un Chile mediocre. Viva la racionalidad. Éramos un equipo despuntado y frágil antes de Brasil y un buscapiés de Vargas no nos tranformaba como por encanto en la Holanda del '74. Hay equipos que a Brasil le han ganado en casa de forma apabullante (recuerdo un 3-0 de Chile en la eliminatoria del 2002) y aún así llegaron décimos (de 10 equipos) en la tabla.

Todos estábamos de acuerdo que si alguna levísima mejora se había dado en el Monumental, era porque al fin Chemo había podido poner a los mejores jugadores en sus posiciones naturales (más o menos, sigue siendo discutible colocar a Farfán de lateral en la volante, siendo un extremo), encontrando algunos elementos interesantes en puestos discutidos (Salas de marcador derecho, Lobatón de volante mixto). Se asumía que más adelante, con Guerrero sin gastritis (más sobre esto en algunas líneas), con Farfán y Pizarro recuperando millaje, seríamos un equipo mucho más efectivo de cara al arco, y por lo tanto mundialistable.

Pero desde el momento de la preparación a esta fecha doble (y queda constancia en este post) yo venía insistiendo que el partido clave era con Ecuador, y eso que a éstos aún les faltaba recibir una goleada más antes de vernos las caras, no el match con los brazucas. El empate o derrota en casa con Kaká & Co. no nos haría ni más pobres ni más ricos, mientras que la victoria en Quito significaba acercarse mucho al objetivo, amén de eliminar definitivamente de carrera a un rival directo; para entendernos, perder en el Monumental nos mantenía en el -3 de la línea, y con un triunfo en Ecuador (+2) pasábamos a sólo -1 del óptimo.

Eso implicaba, por simple lógica, apuntar claramente al segundo encuentro. Lo ideal, tal como solicitó Oblitas cuando negociaron su posible retorno como director técnico, era jugar con Brasil en Arequipa (a 2400 metros), de manera que los jugadores tuvieran una aclimatación perfecta a la altura, incluyendo un partido exigente y que de paso hubiera causado problemas a los amigos de Dinho. Como se sabe, la crónica ineficiencia de la Federación provocó que nadie incluyera ese estadio en la lista de posibles escenarios para las fechas de este año (prefirieron incluír al impresentable estadio de Matute...), así que no fue posible. Pero se podía recuperar con una solución alternativa: guardarse para el segundo encuentro al equipo titular, aprovechando las dos semanas de preparación para mandarlos a la altura y aclimatarlos bien, dejando a las segundas (y terceras) líneas para enfrentar a Brasil; a lo mejor, si jugaba gente del torneo local, no acostumbrada a partidos internacionales y que nunca más en su vida jugaría contra Robinho, Maicon o Mineiro (?), podían emocionarse y hasta conseguir el empate; si perdían por 0-9, no era una desgracia, mientras que nuestro mejor equipo entrenaba en Cusco y llegaba íntegro al match clou de nuestro camino a Sudáfrica (?).

Pero no. Algo falló, y Chemo Del Solar hizo las cosas exactamente al revés, es decir mandó al mejor equipo a conseguir un empate agónico en casa e improvisó cualquier cosa menos una selección competitiva a Quito, convocando a 5 elementos de Cienciano en el Cusco que entrenaron solitos (bueno, con el asistente Asteggiano) esos 15 días en su ciudad y que serían empleados en la altura en reemplazo de algunos titulares. Si no ven lo absurdo del asunto desde ahora, se lo voy a explicar en pocas palabras: 1. cinco jugadores no pueden hacer prácticas de fútbol decentes por su cuenta, peor aún considerando que prácticamente eran uno por zona de la cancha (un lateral defensivo, un central, un volante de contención, un creativo, un extremo); 2. esos cinco elementos, aún imaginando que jugaran en bloque, serían la mitad de un equipo, y de un equipo que no habría entrenado nunca de forma conjunta antes del partido; 3. de los cinco, uno nunca había jugado con la selección, otro tiene 39 años, otro no era convocado hace por lo menos 4 años, en resumen, no era gente competitiva a nivel internacional, más en un choque decisivo.

La debacle quiteña inicia con esa errada, inútil, absurda decisión. Si Chemo pensó que era la mejor opción, es una culpa gravísima por su parte, que demuestra una inexperiencia total en estos temas; pero me temo que la cosa va por otro lado. Hay una continuidad de elementos que me hace intuir (y no sólo a mí) que los jugadores tienen demasiado poder en las decisiones logísticas del entrenador: no me sorprendería que llegaran al punto de pedirle jugar sólo contra los monstruos de Brasil (todos quieren una camiseta amarilla de recuerdo) y armar un equipo B (sin ellos) para Ecuador; para disfrazarlo, Chemo arma el asunto de convocar a la gente de Cusco, hasta darse cuenta que no va a conseguir suficientes hombres allí, y todo queda a mitad de camino, mal pensado, peor realizado. Esa es mi sospecha.

Esta sospechosa relación con los players (?) empezó antes del partido de Paraguay, cuando se recortó la concentración para dar una noche libre a los seleccionados, confiando en que se porten bien (algo así es como darle una granada a un niño); luego, después de llegar a Chile muy tarde por culpa del desastroso charter que alquiló la Federación, Del Solar (o más bien su plantel) decidió que era mejor postergar y recortar el entrenamiento de la mañana, así como evitar desplazarse a través de Santiago para reconocer la cancha donde iban a jugar; ahora se acaba de descubrir, gracias al Guerrero affair (?), que un día antes del partido con Brasil, que para el entrenador era más importante que el de Quito, al punto de poner a su mejor equipo y mandar a inexpertos a Ecuador, les dió la tarde libre a los jugadores. Simplemente absurdo.

No sé si nuestro DT lo hace para congraciarse a los referentes (?) o si simplemente éstos son los que mandan (como dice Efraín Trelles en su último artículo), pero todo eso está muy mal, casi tan mal como la poca cara de exigir el pago del premio por el empate (?) con Brasil antes de abordar el avión hacia el norte, con consiguiente retraso del mismo... y que sospecho que fue porque se olían que allá no ganarían y sería poco probable que les paguen luego de una humillación como la que efectivamente se vivió. Más allá de eso, hay dos casos claros de que los jugadores hacen lo que les dá la gana: el misterio de las tarjetas y la velada romántica o puttanesca de Paolo en el Friday's de San Isidro. Vamos en orden.

Antes del partido de Brasil, luego de saber el planteamiento de Chemo frente a los dos partidos (es decir, titulares frente a Brasil y combinado mixto con cusqueños para Quito), lo primero que se me ocurrió (luego de varios insultos) fue que había que cuidar como oro a los chicos que tenían una tarjeta amarilla previa y que serían suspendidos para el siguiente partido si recibían otra por bajarse a patadas a Gilberto Silva (?). Curiosamente, eran pilares irremplazables del equipo como Rodriguez, Vargas y Solano, más De la Haza y Vílchez, primeros recambios en la volante y la defensa, respectivamente.

Empezando el choque en el Monumental, muchos especulaban que al menos Solano haría todo lo posible para conseguir la segunda amarilla y evitarse el viaje a la altura; algo sumamente irresponsable considerando que es uno de los pocos que no tiene un reemplazante digno en su puesto. Todo esto derivaba de declaraciones previas al inicio de las eliminatorias, donde la mayor parte de los jugadores que se desempeñan en el extranjero (en especial Solano, Guerrero y Farfán) dijeron que no querían jugar en la altura, aduciendo que no se conseguiría ninguna ventaja sobre los rivales, en cuanto ellos mismos estarían fuera de onda. Lógico, pero discutible cuando hablamos de jugar de visita, algo que escapa a su decisión. El asunto es que Solano efectivamente obtuvo su tarjeta por un foul inútil e infantil (luego diría que el Chemo le dijo que "no se guardara nada" o que "en realidad sólo podía jugar uno de los dos partidos"), aunque el premio se lo lleva Vargas por hacerse amonestar al sacarse la camiseta y saludar a su madre; en cambio De la Haza se ganó la amarilla para detener a Kaká lanzado en contragolpe, algo que es perdonable y más bien recomendable.

Así, por tonterías más o menos voluntarias, perdíamos 2 de los 7 indiscutibles en cualquier partido, aquí, en Ecuador, en Tibet (?) o donde sea (a saber, Vargas, Acasiete, Rodríguez, Solano, Farfán, Pizarro y Guerrero); De la Haza nos quitaba una variante interesante en la mitad de la cancha o sobre el carril derecho en lugar de Solano, considerando su pasado cusqueño. Poco después se agregaría al vagón de los autoeliminados el gran Paolo, nuestra esperanza goleadora, por motivos gástricos (?), y el día antes del partido el Mudo Rodríguez se agripó y nos dejó con una defensa por armar. Adicionalmente, de los cinco jugadores cusqueños uno se lesionó: Villamarín, lateral defensivo que por lógica hubiera ocupado el lugar de Vargas. Amanecimos el miércoles con 4 de los 7 magníficos fuera de juego. Lo más grave era lo de Solano, considerando que su primer reemplazante estaba también fuera del partido y eso involucraba modificar el esquema de juego, y lo de Vargas, simplemente el único marcador izquierdo de nivel internacional que tengamos (salvo quizás Hidalgo, en todo caso lesionado); Vílchez lo podía haber reemplazado, pero obviamente tuvo que desplazarse al centro para suplir a Rodríguez; arriba, Farfán podía ocupar el puesto de Paolo al lado de Pizza, replicando la improductiva dupla de las primaras fechas. Veamos los distintos escenarios (en cursiva los nuevos respecto al Monumental).
  • Equipo ideal en Quito (el mismo de Brasil, se asume): Penny; Salas, Acasiete, Rodríguez, Vargas; Solano, Jayo, Lobatón, Farfán; Guerrero y Pizarro.
  • Equipo ideal pero sin los suspendidos: Penny; Salas, Acasiete, Rodríguez, Villamarín; Palacios, Jayo, Lobatón, García; Farfán y Pizarro.
  • Quitando los lesionados: Penny; Salas, Acasiete, Vílchez, Gómez; Palacios, Jayo, Lobatón, García; Farfán y Pizarro.
  • Equipo inicial en Quito: Penny; Salas, Acasiete, Solís, Gómez; Palacios, Bazalar, Lobatón, García; Mostto y Pizarro (he colocado a Solís en vista que Vílchez inició el partido, pero se lesionó a los 5 minutos, cuando estábamos 0-0).
Es decir, jugamos cambiando el 50% de la defensa (toda la mitad izquierda), haciendo ingresar un debutante convocado sólo por ser el único central peruano titular en Cienciano (Solís) y un ex convicto que hace un mes afirmaba tener 8 kilos de sobrepeso y que no tiene continuidad en un equipo de media tabla del campeonato local (Gómez); se modificó el 75% del sector medio, sin usar volantes de contención, al juntar a un mixto de 39 años, acostumbrado a jugar con un mastín a su costado porque ya no puede correr (Bazalar), con un mixto ex-10, acostumbrado a jugar con un mastín a su costado porque no tiene mucha recuperación (Lobatón, el único que repetía), acompañados en la creación por un jugador que volvía a la selección luego de años de anonimato (García) y un ex-ídolo cercano al retiro (Palacios); y, alterando el 50% del ataque, al lado de Pizarro se colocaba a un delantero suplente en un equipo que lucha por no descender en la segunda división inglesa (Mostto), llamado sólo por su pasado goleador en el Cusco.

Me dirán que muchos cambios estaban obligados. Las ausencias sucesivas de Vargas, De la Haza (que en caso de emergencia podía ser marcador derecho, desplazando a Salas a la izquierda) Villamarín, Rodríguez y Vílchez obligaba a incluir a Solís y Gómez; la crónica ausencia de volantes, agravada por las lesiones pre-convocatoria de Ciurlizza y Torres y por las ya mencionadas suspensiones de Solano, Vargas (que jugó los primeros partidos como carrilero) y De la Haza, no dejaba muchas alternativas; y en ataque, si pasaba cualquier problema a Farfán, había que escoger entre Mendoza (odiado por el público al fallar un gol imposible en el último minuto de aquel partido con Ecuador en las pasadas eliminatorias: ganando el partido, como dije, estábamos muy cerca de ir a Alemania), Fernández (a su primera convocatoria y de juego similar a Pizarro) y el mismo Mostto.

Todo eso es cierto, pero hay muchos factores a tomar en cuenta. El primero es por qué no jugó Farfán, y mi respuesta es porque él lo pidió: ya dijo que no le gusta y no quiere jugar en la altura, así que debe haber pedido que lo dejen en la banca. No importa que sea una de las máximas estrellas y esperanzas de gol del país, simplemente no quiso fatigarse, algo que debería cargarlo de vergüenza casi tanto como andar con una chica de lo más recorrida (?) y que lo tiene por los ***** (?) . Estoy tan indignado por su arrugue que podría lanzar una fatwa de pena de muerte al estilo Khomeini (?). El segundo punto es por qué no se dejó igual la volante que tan bien lució contra Brasil, donde Jayo y Lobatón demostraron una complementación y un feeling notables; no creo que fuera por cansancio del primero, sino por decisión de Chemo, porque aún si el Pulpo no hubiera tenido los 90' en las piernas, era vital tener un volante de contención iniciando el partido, imaginando una arremetida desesperada de los desahuciados ecuatorianos en los primeros minutos (cosa que efectivamente se dio, incluyendo el inicio de la goleada).

Pero el gran problema de los recambios deriva directamente de la convocatoria hecha por Chemo, afectada en buena medida por su Waterloo de programación doble Lima/Cusco. Por eso tuvo como alternativas a Solís y no a Arakaki (mucho más eficiente, con experiencia en la selección y dominio de las pelotas altas), a Gómez y no a la Pinza Hernández (de gran nivel en Cristal); y dentro de los convocados que no llevó a la banca, Cevasco era mejor opción que Bazalar e Ísmodes que García o Palacios. En tres de estos cuatro casos la gente que ingresó lo hizo con la justificación de su experiencia en la altura, lo cual no suplió en ningún momento a sus graves falencias. Lo que deja perplejos es que Machito Gómez haya jugado un partido de la eliminatoria: ese tipo debería estar en un calabozo, o en el mejor de los casos jugando en segunda división; pero hay gente generosa y las second chances sobran para él. Simplemente absurdo, más considerando que su lado defensivo fue una puerta abierta para los adversarios, y con la agravante de haber lesionado a Vílchez (?) en una entrada homicida. Como dato adicional, digo yo, cuando se malogró (?) Guerrero, no era mejor reemplazarlo por un defensa (Villamarín ya estaba lesionado y De la Haza y Vargas suspendidos) o un volante de contención pura, como backup a Jayo, vistas las ausencias?

Y hablando del rey de Hamburgo (?), el gran escándalo del verano (?) que se viene: la cena de Paolo en Friday's antes del partido del domingo. Resumiendo para los que no saben, Chemo dio tarde libre el viernes, de 5 a 8:30 p.m. Por qué lo hizo, con el mal antecedente previo a Paraguay, es problema y culpa del técnico (y de quienes lo obligan/aconsejan/empujan a hacerlo); la cosa es que nuestro mejor jugador de la actualidad se fue de paseo con una dama desconocida (no tenía novia en Alemania?) y terminó cenando fajitas mexicanas con bastante chili y una cerveza, según lo testimoniado por los meseros, o una ensalada y un té, según él. El mismo Paolo, Pizarro, el Chorri, y su mamá también (?), dicen que fue temprano y volvió puntual; una revista dice tener las pruebas que las fotos incriminatorias que publicaron fueron tomadas a las 2:30 a.m.

Lo bizarro del asunto es que Guerrero pidió ser cambiado al final del primer tiempo contra la verdeamarelha, aduciendo problemas de ahogo que supuestamente ya habían ocasionado su salida de forma similar en los últimos partidos con el Hamburgo; problemas supuestamente causados por una gastritis que supuestamente se traía desde Alemania. Pregunta n.1: los doctores del Hamburgo no lo examinaron? No se dieron cuenta de ese probema? Pregunta n.2: Paolo no dijo nada a los doctores de la selección? Éstos no se informaron con la gente de Hamburgo? Pregunta n.3: si tenía gastritis y todo eso, era lo más lógico salir a cenar en un restaurante que no es famoso por su comida light? Pregunta n.4: por qué no presentó el famoso recibo de consumo con hora 8:00 p.m., la única prueba a su favor hasta el momento, en la conferencia de prensa que dio para exponer sus descargos, sino en una entrevista posterior? No lo encontraba? O no se lo encontraban?

La razón profunda de esto es que Paolo, al igual que Jeffrey, no quería jugar en la altura, y que, aunque duela admitirlo, gran parte del problema médico presentado tiene toda la apariencia de una farsa. Respondiendo a las preguntas: los doctores del Hamburgo no lo examinaron, porque no tenía nada importante; por eso él no dijo nada a los médicos de la selección, ni estos detectaron nada raro; al no tener gastritis, no tuvo reparos en salir a comer platillos chicanos y tomarse una chela, y quien sabe si no cerró la tarde haciendo gol en otra cancha (?); y no presentó el recibo porque, seguramente, algún empleado del restaurante, bajo una propina más generosa que la acostumbrada, hizo su búsqueda y se topó con uno a la medida de lo que quería Paolo, entregándoselo demasiado tarde para la conferencia de prensa. No estoy seguro de lo que dice la revista sobre los tiempos del paseo, algo fácilmente comprobable con las cámaras de seguridad del hotel donde estaban concentrados; pero todo lo demás ya es grave por su cuenta, sin ese extra.

No creo que Paolo haya fingido en el partido con Brasil, donde a todos les conviene figurar; probablemente los frejoles, guacamole, chili, tabasco y otras delicatessen le pasaron factura bajo el sol de Ate, causándole una hiperinflación a lo Alan García. Pero eso se pasa con un buen mate y una pastilla, no impide jugar 3 días después. Claro, salvo que uno no quiera jugar, y en tal caso es una excusa perfecta. Una raya más al tigre.

En resumen, todo muy mal. Culpas del entrenador hay varias: mala planificación de la preparación (plantel dividido entre Lima y Cusco); mala convocatoria de jugadores, para adecuarse a esa programación (los de Cienciano) y para algún fin oculto (Gómez), dejando en casa a alternativas mejores (Arakaki, Hernández); mala elección de los planteles que jugarían los partidos (titulares aquí, los demás en Quito); demasiada permisividad en las concentraciones (noche libre antes de Paraguay, entrenamiento recortado en Chile, tarde libre antes de Brasil); falta de autoridad frente a caprichos de los jugadores (Solano, Vargas, Farfán y Guerrero, que no querían jugar en Quito, al final no lo hicieron, salvo la Foquita en el segundo tiempo); mala conformación del 11 y de la banca en Quito, debido a la voluntad de tener a la mano a todos los cusqueños (cuando Ísmodes y Cevasco hubieran sido más útiles al lado de Chemo, y Farfán y Jayo en la cancha). Suficientes detalles como para pedir la cabeza de Del Solar, si no fuera porque, como dije al principio, todavía se puede arreglar la situación, siempre y cuando las cosas cambien drásticamente. Él tiene las capacidades técnicas, le falta tener al equipo en la mano.

La Federación también tiene sus culpas, y empiezan con la salida de Oblitas en el '99, siguen con la llamada de Maturana (prácticamente un ex-entrenador) para las eliminatorias al 2002 (cuando se podía contratar a Carpeggiani, creador del fenómeno Paraguay en el '98), con su reemplazo por el esquizofrénico Uribe (botó al tacho dos partidos, en Bolivia y Paraguay, jugando con equipos repletos de baldoseros locales), con la salida de Autuori a pesar de los resultados decentes en la eliminatoria 2006 (el empate con Ecuador era culpa suya o de Mendoza?), con los sucesivos y fracasados miniprocesos de Ternero (que terminó de hundir el barco), Navarro (perdió hasta los amistosos) y Uribe II (destruyendo lo poco de bueno que había armado para la Copa América), con la negativa a contratar a Oblitas para las eliminatorias 2010, con la falta de tino a la hora de elegir los estadios (Matute en lugar de Arequipa?) y los vuelos (el charter a Santiago hizo escalas técnicas, viajó a media velocidad, llegó con hora y medio de retraso), y finalmente con el descaro de no pagar premios pactados. Aunque me imagino que esto último no lo hacían por el mismo motivo por el que los jugadores pedían el dinero: ambos sabían que luego del partido de Quito la tortilla se voltearía.

Pero creo que la culpa final está en los jugadores. Aunque el entrenador les de cuerda, no pueden aprovecharse para hacer lo que les da la gana o para presionarlo para tener salidas libres y entrenamientos reducidos o para que no los emplee en partidos complicados (pero sí cuando hay que tomarse la foto con Robinho). No pueden ser tan irresponsables y pelear un premio por un empate (reitero el "?") antes de subir a un vuelo hacia un encuentro crucial. No pueden seguir jugando partidos decisivos como si fueran amistosos veraniegos de sus clubes de origen. En Ecuador se podía perder, porque en el fútbol pasa de todo, pero luchando hasta el último y con el cuchillo entre los dientes, los mejores jugadores en la cancha, las mejores alternativas en la banca. Perder por goleada sin jugar a nada, con elementos que no están a la altura de las circunstancias, con engreídos que vieron el partido en televisión, es humillante.

Y aún así, creo que tenemos el talento mínimo indispensable para ir al mundial. El equipo está delineado (Penny o Butrón, Salas, Acasiete, Rodríguez, Vargas, Solano, Torres, Lobatón, Farfán, Pizarro y Guerrero), los resultados necesarios no son imposibles, el entrenador ha dado muestra de recuperar situaciones complicadas en sus anteriores equipos. Pero nada de esto servirá si no cambian las cosas. Quedan 7 meses hasta vernos las caras con Colombia y Uruguay, equipos que hasta ahora han demostrado mucho más que nosotros. Chemo tiene que ponerse los pantalones, poner reglas claras, ganarse al equipo y trabajar tranquilo: es la única salida.




jueves, 22 de noviembre de 2007

Tiempo de reflexiones (hasta junio)

Se acabaron las fechas de eliminatoria de este año, y no se reanudarán hasta mediados de junio del próximo. Luego de cuatro encuentros, hay una serie de conclusiones que se han podido extraer de los rendimientos de los equipos, y que detallaré luego del necesario, acostumbrado, infaltable resumen de la fecha.

En el primer partido, Bolivia sorprendía en San Cristóbal, derrochando juego (?) y goles, con una dupla de ataque Arce - Martins (el medio brasileño, no el ex-ídolo del Inter) aparentemente devastadora; claro, frente a una exhibición tan patética de ambas defensas hasta un conocido delantero peruano peleado con la pelota se hubiera convertido en figura. 7 de los 8 goles que se vieron en tierras venezolanas fueron auténticos bloopers, o algo muy cercano a esa definición. Con el 3-3, se lesionaba el arquero boliche (Platini Sánchez ya había hecho los 3 cambios), causando directamente el 4-3 con una salida de lo más coja y provocando luego que un jugador de campo entrara al arco en su lugar, comiéndose un gol de media cancha de Maldonado. Euforia total en Venezuela: Hugo por qué no te callas Chávez ya se ve compartiendo arepas con Mandela en la tribuna del estadio de Bloemfontein (?). Pero contra un equipo 5% más decente que Bolivia en defensa, perdían por goleada. Cosas de la vida.

Y por fin llegó el día en que alguien demostró que el Coco estaba fuera de onda. Colombia truncó la racha de victorias argentinas, le quitó el invicto a Abbondanzieri y en passant se puso en plena zona de clasificación, sin conocer la derrota y con la mejor defensa del grupo (junto a Paraguay). Claro que Basile ayudó: Zanetti no puede ser lateral izquierdo, porque le falta la zurda y nunca podrá llegar al fondo para poner un centro, recurriendo siempre a las diagonales; armar una volante con 3 hombres de contención (Mascherano, Gago, Cambiasso) detrás de un cansino Riquelme es simplemente de locos, más aún en un partido donde se requería agilizar el juego; la temprana expulsión de Tévez (qué le pasó?) le había permitido arreglar las cosas, si tan sólo hubiera puesto a Crespo (es un insulto que el único panzer que tiene pase los 90' en la banca) en lugar de un volante, pero prefirió dejar las cosas como estaban, desgastando al buen Masche como puntero mentiroso (?). Claro, el hijo de D10s pareció darle la razón con un gol de otro planeta, pero estaba claro que dejar allá arriba a la Pulga asustando solito a tanto gigante no era algo viable. Dicho y hecho, Colombia se deschavó, comenzó a presionar, llegó tocando hasta el área y terminó dando vuelta al marcador. Insisto en mi idea: Johnny Walker desperdicia talento como nadie.

De Ecuador - Perú hablaré en otro post. Lo único que está claro es que nos especializamos en resucitar a los equipos que vienen caídos: hace 4 años Colombia estaba en el fondo con 1 punto en 4 fechas, y nos ganaron en casa; ahora Ecuador cargaba 11 goles en 3 partidos, y nos metió 5. Desastre total. Sixto Vizuete for president (?), a ver si la federación del norte se atreve a sacarlo después de esta goleada.

Tremendo partido en el Morumbí. Uruguay salió con el cuchillo entre los dientes, arremetiendo contra un Brasil soprendido desde el primer minuto y sin el menor atisbo de juego, casi como si jugara de visita contra Perú (?), a tal punto que en algunos momentos se vio a Ronaldinho de marcador izquierdo, a Kaká de volante de contención, a Robinho ni se lo veía entre tanto humo. Parece que Tabárez encontró el mejor módulo, avanzando el Cebollita Rodríguez a la línea de 3 delanteros y recuperando así un volante de contención más; entre él y Suárez armaban un espectáculo de escándalo en el área brazuca, que no caía sólo por un inmenso Julio César y porque Abreu no es ni la décima parte de Forlán (con el vikingo entre los dos habilidosos Uruguay va a ser una máquina de goles), aún habiendo marcado el gol del 0-1. En la zaga celeste Lugano se creía Baresi reencarnado (?), la línea del medio impedía razonar a los creativos, y sólo un tiro desde posición imposible de Luis Fabiano (con la complicidad de Carini) lograba un inesperado e injustificado empate. En el segundo tiempo Dunga demostró ser un entrenador de veras (habla, Basile), haciendo un cambio aparentemente ilógico para alguien que quiere ganar, colocando a Josué por Dinho: pero así emparejaba la presión en mitad de cancha, liberando a Kaká y sobre todo abriendo espacio a Maicon, que empezó a subir como un transiberiano (?). En una de sus proyecciones, centro al área, rebotes, y Luis Fabiano la metía en barrida para cerrar el partido. Mérito a los charrúas: con Forlán en la cancha en esta fecha doble habrían conseguido más puntos.

Dulcis in fundo, los nuevos líderes de la tabla. Paraguay desbarató cualquier esperanza de renacimiento chileno, luego de las victoria con Perú y el empate en Uruguay, y los sumergió de goles en un claro intento parricida del Tata, que dejó claro que su mentor Bielsa tiene que dejarse de utopías y armar un equipo más adecuado al nivel de Chile. Suazo de extremo es una herejía digna de auto de fe (?), si quiere darle sitio a él y a Salas tiene que recomponer el esquema; y por favor, que alguien le quite al Mati Fernández la Pizarritis que lo aqueja: en la selección es una sombra. Como vengo diciendo, Paraguay tiene por fin un entrenador y una delantera a la altura de las circunstancias; sin ambas cosas logró clasificar a 3 mundiales seguidos, quién sabe hasta donde llegan esta vez. De pronto, el punto conseguido milagrosamente en casa contra estos fenómenos fue un muy buen resultado...

Ahora, un recuento de cómo están y a dónde van las 10 selecciones, desde mi modesto punto de vista.
  • Paraguay: 10 puntos, 9 goles a favor y 1 en contra, +2 sobre la línea de clasificación (*). Por ahora no ha mostrado puntos débiles: seguro en el arco, sólido en defensa, recio en la marca, contundente en el ataque, excelente en la dirección técnica. Le faltan las pruebas de fuego contra un grande (en la próxima fecha recibe a Brasil) y en la altura (en la siguiente viaja a La Paz) para poder comprar los boletos a Sudáfrica. Si no pierde esos dos encuentros, puede preparar las maletas: sólo Colombia en la eliminatoria al 2002 no clasificó luego de tener un +3 sobre la línea en la sexta fecha.
  • Argentina: 9 puntos, 8 goles a favor, 2 en contra, +1 sobre la línea. Por suerte, parece que Riquelme volverá a jugar el próximo año, así que para Junio estará un poco más tónico que ahora; pero si Basile sigue haciendo experimentos extraños en cada partido, puede perder puntos importantes. Zanetti tiene que volver al carril derecho (e Ibarra jubilarse), es indispensable recuperar a Crespo, el Maxi Rodríguez debe encontrar un lugar en el equipo. Aunque claro, la clasificación no está en discusión.
  • Brasil: 8 puntos, 8 goles a favor, 2 en contra, está en la línea. Con un punto menos que la albiceleste, pero con más certezas, empezando por su entrenador. El hecho de jugar a media máquina de visita y ganar de local no parece una casualidad, porque en sus dos victorias el equipo terminó corriendo mucho más que los rivales; no me sorprendería que la gestión del esfuerzo esté programada. Y si Luis Fabiano se destapa como goleador (Wagner Love puede ser un reemplazo y nada más), las cosas se ponen en bajada. Al igual que Argentina, estos partidos son amistosos en vista del Mundial o poco más.
  • Colombia: 8 puntos, 3 goles a favor, 1 en contra, +4 sobre la línea. Muy bien en defensa (óptimo Agustín Julio en el arco, una auténtica revelación), pésima en ataque: dos tiros libres de Bustos y un contragolpe al límite del fuera de juego no son gran cosa. Empezó mejor que la vez pasada (3 derrotas y 1 empate), pero en las dos eliminatorias anteriores se cayó en la segunda mitad luego de arranques prometedores (tenía +5 en la octava fecha del 2002 y terminó en -1, +4 en la novena del 1998 y terminó en 0). Tiene la ventaja de haber jugado contra los dos cucos (conquistando 4 puntos) y de tener a Paraguay recién en la última fecha; pero sin un delantero decente no le servirá de nada. Radamel es la respuesta?
  • Venezuela: 6 puntos, 6 goles a favor, 6 en contra (nos indica esto que Chávez es el Anticristo?), +1 sobre la línea. Vive de rentas sobre la inesperada hazaña de Quito, porque las sucesivas derrotas con Argentina y Colombia y la victoria pírrica con Bolivia han redimensionado un poco sus expectativas: tienen los mismos puntos que en la eliminatoria pasada a estas alturas (hay un intercambio de resultados en las visitas a Ecuador y Colombia), cuando se quedó a 10 puntos de clasificar. Primera candidata a caerse del lote de arriba.
  • Uruguay: 4 puntos, 8 goles a favor, 5 en contra, -3 de la línea. Si hay alguien que merece una mejor posición, son los charrúas: perdieron con Paraguay por la mínima, luego no contaron con su goleador estrella en los siguientes choques, donde empataron (con Chile) y perdieron (con Brasil, nuevamente por la mínima) de forma injusta. Tabárez encontró al equipo, cuando lo tenga completo y a disposición será otro cantar. A parte, son lo inverso de Colombia, realizando segundas rondas increíbles: en el 2002 remontó desde -6 en la fecha 11 (y -7 del quinto lugar!), en el 2006 desde -7 en la 12. Todavía tiene esperanzas, pero tiene que aprender a cerrar los partidos o se le irá el tren.
  • Chile: 4 puntos, 4 goles a favor, 7 en contra, -3 de la línea. El proyecto de Bielsa no ha terminado de cuajar, sobre todo por la falta de intérpretes adecuados a su módulo. Su supervivencia depende de la testarudez del entrenador en algunas decisiones discutibles: si ajusta el esquema a los jugadores de calidad internacional que tiene (que no son muchos), su presencia será el plus que se esperaba. Si no, bye bye. Se vienen las visitas a Bolivia y Venezuela, antes de recibir a Brasil: con 4 puntos en esa doble fecha podrían seguir en carrera, un mal resultado sería desastroso.
  • Ecuador: 3 puntos, 6 goles a favor, 12 en contra, -4 de la línea. Estaban en segunda división (?) hace 24 horas, creo que las cosas no han cambiado mucho a pesar de golear a Perú. Es verdad que en eliminatorias pasadas han recuperado diferencias abismales (-4 en la novena fecha del 2002, terminaron con +3 luego de vencer en Perú y Venezuela y ganarle a Brasil en casa; -5 en la décima del 2006, terminaron en 0 venciendo a los dos grandes), pero este equipo es muy inferior a los pasados. La derrota con Venezuela pesa: en el 2006 sólo concedieron 2 empates en Quito (Perú y Uruguay) y en el 2002 otros 2 empates (Colombia y nuevamente Uruguay) y una derrota con Argentina. No creo que les alcance.
  • Perú: 2 puntos, 2 goles a favor, 8 en contra, -3 de la línea. Trataré en detalle su situación en otro post, pero a pesar de todo le veo más posibilidades que Ecuador, y si me apuran hasta Venezuela. Como es obvio, eso significa el séptimo puesto... salvo milagros, de ahí no pasamos.
  • Bolivia: 1 punto, 3 goles a favor, 13 en contra, -4 de la línea. Un desastre inmitigable de pies a cabeza, revertible en parte sólo si hacen magia y convierten su estadio en un fortín, como en los buenos tiempos (es decir, a principios de los '90...). Lo veo difícil, su defensa es muy pobre y el ataque tan abúlico como siempre. En junio reciben a Chile y Paraguay antes de ir a Ecuador y Brasil: dudo que saquen más de 3 puntos en los 4 partidos. Con eso ya estarían fuera de los juegos sin terminar siquiera la primera ronda.
Más noticias en 7 meses. Sobre el desastre peruano en Quito, ver el siguiente post.

(*) línea de clasificación: puntaje ideal que estadísticamente permite clasificar al mundial; consiste en perder todos los partidos con Brasil y Argentina, empatar los demás partidos de visita y ganar los demás partidos de casa; se suman así 28 puntos (menos, como es obvio, en le caso de Brasil y Argentina, que tienen un línea a 32 puntos). Para entendernos, en estas primeras cuatro fechas la línea de clasificación de Perú se encontraba a 5 puntos: victoria con Paraguay en casa (3), empate con Chile afuera (1), derrota con Brasil en Lima (0), empate en Quito (1). Habiendo conseguido hasta ahora sólo 2 puntos, Perú se encuentra por lo tanto a -3.



lunes, 19 de noviembre de 2007

El efecto Lázaro

Dicen que en Navidad suelen darse milagros, pero por lo visto esta vez se anticiparon 5 semanas al evento: Perú empató con Brasil luego de estar abajo en el marcador y recuperando así el punto perdido en Santiago; ahora hay que ir a la caza de la victoria en Quito o todo fue en vano. Sí, es cierto, aquí lo tienen: el resumen de la fecha de eliminatorias.

En el primer partido del sábado, Argentina no contó con Crespo, nuevamente lesionado (?), pero el Coco estaba tan pasado de vueltas y seguro de la victoria frente a Bolivia que no renunció igualmente a jugar con su revolucionario (?) 4-2-1-3, donde esos últimos 3 (Tevez, Agüero y Messi) si se paraban uno sobre el otro seguían sin llegar a la altura de Little Jan Koller. Por lo menos hubo menos experimentos atrás, con Ibarra y Zanetti ordenadamente a los lados de Milito y Demichelis (nadie ya se acuerda de Ayala...), y doble pivote con el Cuchu y el Masche. Iceman Riquelme es el goleador de las eliminatorias dándose el lujo de ser un fantasma en la cancha hasta que tiene que patear los tiros libres, aunque por lo menos esta vez su segundo gol fue con la pelota en juego... francamente, ganar 3 partidos de 3 con 7 goles a favor y ninguno en contra, jugando prácticamente con 10 hombres, con experimentos a alta gradación alcohólica del entrenador, sin un 9 digno de ese nombre y con una cancha de local que más parece un campo de papas o un set de Saving Private Ryan, es para el asombro. Si sigue así, Argentina se lleva el primer puesto de afano, y clasifica empezando los partidos de vuelta. Bolivia de visita es un drama y de local no parece invencible; no le veo la más mínima chance.

Más tarde, duelo caribeño entre Colombia y Venezuela. Cómo todos los partidos jugados hasta ahora por la gente de Pinto, 90' sosos, aburridones, estériles, improductivos; la vinotinto tampoco aportó mucho al asunto. Era un 0-0 cantado (hubiera sido el tercero consecutivo para los amarillos, todo un récord), más aún contando que se lesionó Radamel Falcao (?) García; hasta que el enésimo tiro libre del terco Ruben Darío (?) Bustos logró dar un sentido a las horas perdidas por los hinchas cafetaleros. Por cierto: quién se inventa esos nombres? Ojo con Colombia: ha hecho lo justo y hasta un poquito más para conseguir ticket mundial, si sale indemne del partido con Argentina se candidatea con fuerza. Venezuela hasta ahora no convence como para colocarla en el lote de los que sí pueden, pero jugando en casa contra Bolivia el martes podría encontrarse en los puestos de la tabla que cuentan.

En la noche, Paraguay terminó de confirmarse como el tercer grande de América, sepultando a Ecuador bajo una avalancha de juego y pressing raramente vistos en equipos de este hemisferio; se nota que el Tata Martino es discípulo fundamentalista de Bielsa. El 5-1 final es mentiroso, en el sentido que los guaraníes podían haber conseguido un resultado más escandaloso; jugar con un 3-4-3 donde los 3 de arriba son Santa Cruz, Cabañas y HaedoValdez es simplemente salvaje, y la defensa sigue tan recia como siempre. Nota especial para Morel Rodríguez, que tiene que irse a la Champions sí o sí: ya no está para estas latitudes. Ecuador está en los suelos, 0 puntos, 1 gol a 11, sin entrenador... si Perú no le gana esta vez, no le ganará nunca ni merece ir a un mundial.

El domingo se abrió con el big match entre Uruguay y Chile. Tabárez se dejó de mariconadas y jugó con todo lo que tenía; Bielsa, como buen Loco, ni se plantea esas dudas. El primer tiempo, sin embargo, fue bastante aburrido y se animó sólo con el gol de Luisito Suárez, otro que a sus 20 añitos ya tendría que estar luchando por cosas mayores que el campeonato holandés. Ahí se vino el mundo abajo porque los chilenos cargaron con la cabeza gacha y terminaron volteando el partido con doblete del Matador Salas, rumbo a la inmortalidad y al record de Crespo como goleador all time en eliminatorias (está a un gol de distancia). En las últimas Suárez le metió un pase de la muerte estilo hazte famoso (?) al otro Loco del partido, Abreu, que sólo tuvo que empujarla para decretar el empate final. Bien por Chile, que se mantiene en línea para ir a Sudáfrica y en el segundo tiempo pareció más bielsístico que nunca; mal por Uruguay, que sufrió la ausencia de Forlán y concedió por primera vez un punto en el Centenario a los rojos. Este empate y la derrota en Asunción de la fecha pasada al final van a terminar pesando.

Cerrando la fecha, Kaká+10 (nunca mejor dicho) se estampó contra un Perú que mostró más ganas que contundencia: Julio Cesar no tuvo ni una sola atajada digna de ese nombre. Pero Brasil nos tiene acostumbrados a su nivel double face, así que tocaba repetir el tedio de Bogotá en la primera fecha. Robinho fue anulado por el Chicho Salas y se deprimió de a pocos, Ronaldinho fue tan fantasma como Riquelme en Buenos Aires (pero este último por lo menos la mete en los tiros libres), Wagner Love sigue haciendo extrañar al Gordo en sus peores épocas de obesidad (y qué hacía Luis Fabiano en la banca por tanto tiempo? Dunga también le entra al etiqueta azul como Basile?). Sólo el futuro y ex-virgen Balón de Oro se las ingenió para complicar a la defensa peruana, saludando con un go-la-zo de esos para irse del estadio, cosa que todos habrían hecho si 5 minutos después el debutante Penny no vuela y saca de la esquina otra magia del buen Ricky.

Los de Chemo padecían de la ya acostumbrada deficiencia realizativa, Pizarro rebotaba contra la pelota (?), Farfán arrancaba muy atrás, Guerrero se ahogó por la altura (?) y tuvo que salir. Al final, aún sin generar peligros evidentes en el ataque, la cancha terminó inclinándose y un afortunado desvío de Lucio sobre remate a cualquier lado de Vargas cerró el empate. Claro, en la última jugada Juan le dio en pleno a la escuadra, pero el resultado en fin de cuentas es justo: Kaká 1 - Perú 1. Que Perú haya empatado jugando con más de medio equipo de la eliminatoria pasada (Salas, Jayo, Pizarro, Solano, Farfán, y luego Palacios y Mendoza) no es muy reconfortante si lo vemos desde el punto de vista del recambio generacional, pero por otra parte dice mucho respecto al techo que queda por alcanzar cuando los nuevos se acoplen con el nivel acostumbrado. Los dos novatos absolutos de ayer (Penny y Lobatón, ambos jugadores del medio local) no lo hicieron para nada mal, y se postulan para ser titulares en los próximos encuentros.

La siguiente fecha, salvo el partido de Maracaibo, es extremadamente interesante y puede dar respuestas contundentes, sobre todo si consideramos que de ahí no se juega por más de 6 meses. Vamos con los pronósticos para mañana y el miércoles.
  • Venezuela - Bolivia: creo que no hay dudas. Si Venezuela no gana este partido, que vayan pensando a afiliarse a la CONCACAF. Venezuela: 85%; Bolivia: 15%.
  • Colombia - Argentina: este sí es para machos. Si Colombia repite lo hecho con Brasil (empate tranquilo, mejor si 0-0) se convierte en un serio candidato a la clasificación, porque neutralizar a la hombres de Happy Hour Basile, incluyendo los tiros libres de Riquelme que son como la tarjeta para salir de la cárcel de Monopolio, sería toda una hazaña. Si Argentina gana, Colombia (y la altura de Bogotá) se redimensionan un poco, pero sobre todo queda claro que los gauchos se van en tobogán al mundial. Colombia: 45%; Argentina: 55%.
  • Ecuador - Perú: regalennme una bola de cristal (?) porque aquí puede pasar de todo. Los del norte estrenan técnico interino (?), con sólo 3 días de preparación previa y un equipo herido y cansado. Si van al ataque con todo, para reivindicarse, se exponen al contragolpe y a una enésima debacle; si avanzan con criterio, podrían quedarse con un empate que los alejaría aún más de la clasificación (ya están a -4, irían a -6, es decir 3 victorias de visita!). La altura y los ausentes de Perú pueden ser sus aliados, sin contar la crónica alergia de los blanquirrojos cuando aterrizan en Quito, o la falta de resultados en la gestión de Chemo (sólo una victoria en 6 partidos). Si Ecuador gana, respira, aunque sigue quedando lejos del objetivo; si empatan, se hunden los dos (más Ecuador, obviamente); si gana Perú, Ecuador se despide y nosotros regresamos al grupo con posibilidades intactas de ir al Cabo de Buena Esperanza (?). Partido de infarto. Ecuador: 55%; Perú: 45%.
  • Brasil - Uruguay: en ambos casos hay que confirmar teorías. Si Brasil consigue la victoria, nos convencemos que tiene una estrategia científica para conseguir los puntos míanimos para clasificar con el menor esfuerzo y riesgo, ganando en casa y empatando afuera; de paso, Uruguay (tendria 1 punto en 3 partidos) demostraría que Forlán es irremplazable, arreciarían las críticas a Tabárez, se metería Paco Casal, etc etc. Un empate o peor aún victoria de Uruguay (aunque descartaría esto último) pondrían en la picota a Dunga, relanzando las esperanzas charrúas. Se le pide un milagro más a Kaká antes de recibir el Balón de oro. Brasil: 75%; Uruguay: 25%.
  • Chile - Paraguay: otro encuentro desfibrilante (?). Paraguay está intratable y el empate no sería en absoluto negativo, pero si el Tata no arruga frente a su Loco maestro y juega con el tridente Sa-Ca-Val (?) los puede golear al contragolpe. Bielsa... en fin, aconsejarle prudencia es inútil, pero ojo que una derrota en casa sería dramática, e incluso el empate no serviría de mucho: que le cante al Matador. Chile: 45%; Paraguay: 55%.
Nos vemos el jueves o viernes con el broche final de este año de eliminatorias. Que Quito nos sea amiga, al menos una vez (?).


viernes, 16 de noviembre de 2007

Samba pa' ti (?)

Tercera fecha de las eliminatorias a Sudáfrica. Luego del primer batch de partidos, hace poco más de un mes, se han podido extraer algunas lecciones valorables acerca de la competencia. Argentina no juega bien (gracias a Johnny Walker Basile) pero gana; Brasil cuando quiere es una aplanadora, otras veces aburre a proprios y extraños; Paraguay se ha mostrado sólido en defensa; Uruguay con 3 delanteros es imparable, con el 4-4-2 made in Tabarez es mediocre; Chile es un work in progress de la mano de Bielsa; Colombia no se complica pero tampoco define; Venezuela sorprendió en su debut en Quito, pero todavía le falta; y los 3 países andinos (Ecuador, Perú, Bolivia) han logrado demostrar fallas defensivas y aridez ofensiva al mismo tiempo, algo que se traduce en un pasaje de sola ida a casa.

En estas 4 semanas no veo que se hayan dado revoluciones tales que justifiquen cambiar el órden jerárquico que se ha establecido en la tabla de posiciones; lo bueno es que hay choques entre los buenos (se espera espectáculo) y entre los malos (tratando de salvar remotas esperanzas): generalmente eso genera partidos si no espectaculares por lo menos emotivamente intensos. Más adelante, los pronósticos respectivos.

Necesaria mirada a nuestro jardín, cuya hierba siempre será menos verde que la del vecino (?). Luego de las infaustas decisiones en los dos primeros rounds, parecía que Chemo del Solar había dado en el clavo a la hora de realizar modificaciones en el sistema. Entra Paolo Guerrero, en buena racha en el Hamburg, y sale un defensa, dentro de una modificación cataclísmica que sin embargo no altera el 4-4-2 de partida: Guerrero toma el lugar de Pizarro como 9 de área (aunque el buen Pizza anduvo por cualquier lado menos que en ese lugar), haciendo que el capitán asuma el rol de delantero por los costados que tenía la Foquita; éste recala en la banda izquierda en lugar de Vargas, que retrocede a su posición natural de marcador izquierdo (donde, hasta la fecha, es el mejor en Italia). En el proceso se elimina a Vílchez, con el resultado de perder algo de seguridad atrás pero implantando un carril de one way por el lado zurdo del campo. Ahora, si los brazucas se dan cuenta, los volantes de contención no cubren los avances del Loco, y Farfán se olvida que tiene que apoyar en la cobertura, el bueno de Maicon va a pasearse como en su patio.

A diferencia del cambio del Pacho, motivado más por razones tácticas que técnicas (dentro del hoyo negro de Santiago no lo hizo tan mal), el puesto de marcador derecho pierde a Galliquio (desordenado, inseguro, poco afiatado con sus compañeros) y el de volante mixto a Quinteros (colocarlo ahí fue una idea sugerente, pero nada más): hasta el momento, a menos de 48 horas del partido, se supone que Paolo de la Haza bajaría de la volante al carril derecho, protegiendo la espalda a Solano y dando mayor dinamismo a esa zona, mientras que el acompañante de Jayo en el centro sería uno de los nuevos convocados, Lobatón (con más probabilidad) o Cevasco. Y aquí me espero la lógica pregunta: say what?

Cuando decía que parecía que Chemo había encontrado la solución a todos nuestros problemas, no usé el tiempo pasado en vano. Porque él y todos los que entendemos algo de fútbol teníamos claro que la volante fue el punto flojo en los partidos iniciales, y que los dos mejores hombres de contención con pasaporte peruano eran Ciurlizza y Reiner Torres. Los dos estaban convocados y yo me jugaría un sencillo que contra Brasil podrían haber sido la dupla inicial; Torres, por lo menos, tenía el puesto asegurado en los planes de del Solar desde que asumió la dirección técnica de la selección, y se perdió los choques con Paraguay y Chile por una fastidiosa lesión.

Como todos saben, la suerte no está acompañando a la blanquirroja, y se lesionaron los dos. Believe it or not. Así que a improvisar con un cuasi debutante y convocado a última hora, y a recuperar al veterano Jayo luego de confirmar que sus días de Pulpo han pasado hace algunos años. Como si no bastara, Butrón está agripado, con fiebre, no entrena, no salta, no se ejercita; que Penny debute en partidos oficiales contra el acorazado verdeamarelho me deja un poco asustado.

Pero así vienen las cartas y hay que jugar con ellas tratando de llevarse la mano aunque sea con el bluff más descarado. Los cálculos elementales dicen que para clasificar Perú, a estas alturas, debería tener 4 puntos (victoria en casa con Paraguay, empate de visita con Chile); tenemos por lo tanto un gélido -3 en nuestra tablita de salvación. En esta fecha doble, lo lógico y matemático sería considerar ganar un solo punto, como visitante en Quito: cualquier extra es un regalo del cielo que nos ayudaría a volver a la recta vía. Si perdemos los dos partidos, bajamos a -4 y creo que se cierra el telón (recuperar eso significaría ganar 2 partidos de visita de los 7 que quedan, incluyendo ir a Brasil y Argentina...); con un sólo punto, en Lima o en Quito, quedamos en el paupérrimo lugar actual; con dos empates, seguiríamos de alguna manera a flote (bastaría una victoria de visita... Maracaibo o La Paz?).

Entrando al reino de la ciencia ficción, quedan las combinaciones sumamente favorables y por ende dudosamente realizables. La primera es perder con Brasil aquí, pero conseguir la epopeya de ganar en Quito (epopeya? lo acaba de hacer Venezuela...), donde usualmente nos apalean: eso nos dejaría a un punto de la línea maestra. La segunda es empatar con Kaká+10 (lo logramos en la última eliminatoria) y sacar del camino a los monos: de un solo porrazo recuperaríamos todo lo perdido. Como verán ni incluyo en el análisis una victoria contra Brasil: es algo física, biológica y astronómicamente imposible.

En resumen, se nota que lo realmente decisivo es el enfrentamiento con los ecuatorianos. Empatar o perder con Brasil es casi ininfluyente, pero pasar del empate a la victoria contra un rival directo (si hubiera una segunda división, sería un choque para no ir a la baja) nos daría todo otro impulso. Yo jugaría de la forma más aburrida, inofensiva y descansada contra Brasil, tal como hizo Colombia en Bogotá en el opening: cuando no se reta a los monstruos, ellos están felices de pasarse la pelota en plan calentamiento. Pero en Ecuador iría a la muerte, el empate y la derrota allá serían más de lo mismo. Obviamente eso habría implicado, por ejemplo, guardar a los mejores elementos para el segundo partido, pero claro, nadie en el equipo quería perder la oportunidad de intercambiar camisetas con Robinho o (por qué no) Mineiro. Así que sólo 5 jugadores con experiencia en la altura (todos del medio local) se han dedicado exclusivamente a la preparación pre-quiteña. Esperemos que Chemo haya hecho la jugada correcta; personalmente, me gustaba más mi idea.

A diferencia de la vez pasada, no soy optimista de cara a los partidos que se vienen. Espero, nuevamente, equivocarme. Vamos con los pronósticos.

  • Argentina - Bolivia: parece que por fin vuelve Crespo, los enanos de adelante lo extrañaban. Probablemente Basile hará lo imposible para hacer que sus dirigidos se compliquen la vida, pero sus adversarios son realmente poca cosa. Argentina: 90%; Bolivia: 10%.
  • Colombia - Venezuela: por fin Radamel Falcao liderará a los suyos, dejando de paso a River fuera de la Copa Sudamericana debido a su irremplezable ausencia; se supone que con él el juego intrascendente de los colochos podrá ser finalizado (hasta ahora van dos 0-0), aunque lo mismo dijimos de Ángel en las dos eliminatorias anteriores. La vinotinto hizo bien las cosas en otro partido de altura, pero Colombia no es Ecuador. Colombia: 65%; Venezuela: 35%.
  • Paraguay - Ecuador: salvo desastres, epidemias o intervenciones divinas, el escuálido ataque norteño (0 goles a favor) se hará agua contra la muralla guaraní (0 goles en contra); y para colmo, vuelve Santa Cruz. Una tercera derrota dejaría a los ecuatorianos frente al paredón para el siguiente partido: nos conviene. Paraguay: 75%; Ecuador: 25%.
  • Uruguay - Chile: a mi gusto, debería ser el partido de la fecha, siempre y cuando Tabárez ponga todo el bife en el asador (4-2-1-3, lo que el pueblo pide!), porque ya sabemos que Bielsa no renegará jamás del 3-3-1-3. Claro, la probable ausencia de Forlán (amén la de Pablo García) es una baja notable, porque no sé si el rombo Cebollita Rodríguez - Luisito Suárez - Vicente Sánchez - Loco Abreu asegura la cuota goleadora del vikingo (?). Por el otro lado, el Mati, el Chupete y el resucitado Salas tampoco bromean. Depende de cuál es el grado de asimilación de las ideas bielsistas entre los rojos; podrían sorprender o ser goleados. Uruguay: 55%; Chile: 45%.
  • Perú - Brasil: si no hacemos locuras, es decir atacar con todo al tigre que duerme (?), el empate es algo factible, considerando que el siguiente partido de los pentacampeones es con Uruguay, tradicional y conflictivo rival, por lo que podrían jugar a media máquina. Pero si se nos ocurre dejar espacios... ay de nosotros. Perú: 40%; Brasil: 60%.

Y si piensan que esta fecha es dramática, piénsenlo mejor... en la siguiente las cosas estarán de vida o muerte.

martes, 13 de noviembre de 2007

End of part 2

Este blog nació a principios de febrero. Luego de un inicio un poco desordenado, a fines de junio le dí una estructura fija a la publicación de los posts, cambiando radicalmente el planteamiento a fin de poder sostener el ritmo diario que me había propuesto. Fue una revolución copernicana, gracias a la cual, salvo imprevistos y causas de fuerza mayor, todas las semanas podía entregar dos artículos, dos vídeos y el consabido ranking de páginas más vistas. No es una casualidad que en esta segunda etapa tuviera un incremento notable en las visitas, debido en primer lugar al fuerte efecto imantado de algunos videos particularmente requeridos. Así, hace algunos días celebrábamos las 10 mil primeras visitas, un hito importante en la historia de esta página.

Sin embargo, no soy ciego ni demagogo, y me doy perfectamente cuenta que el tiempo que puedo dedicar a mantener en pié este ritmo es cada vez menor. Las pruebas están a los ojos de todos: comparen el tamaño promedio de un artículo a lo largo de los meses y verán que últimamente no sólo se ha reducido, sino que además han proliferado los posts de disculpas por no haber publicado nada, o los autocelebratorios. Postear un video es mucho más simple que desarrollar ideas por algunos párrafos: sólo se requiere un mínimo de investigación y encontrar el link de youtube. Los mismos comentarios a los rankings se han ido raleando poco a poco, lo cual no me parece señal de un buen servicio a los visitantes.

Por tal motivo, considero que, casi cuatro meses y medio después de implantar el esquema citado, es hora de cambiar, por lo menos hasta que encuentre más tiempo para dedicarme al blog. Mi objetivo es brindar contenidos válidos en cada post que publique, aún cuando esto signifique espaciar drásticamente su frecuencia. Los únicos compromisos fijos serán a cadencia mensual, donde el clásico post de celebración incluirá los ránkings actualizados, que por lo tanto tendrán ahora un espacio más amplio para registrar resultados interesantes y variados. Entre uno y otro, habrá un número variable de posts y videos, dependiendo exclusivamente de la urgencia y necesidad de los mismos. Menos filler, más sustancia. Me gustaría retomar los posts históricos y de misterio que dominaban este blog hace algunos meses; pero no descuidaré los temas deportivos de coyuntura, empezando por la doble fecha de eliminatorias que se viene y que implica posts al respecto el viernes, lunes o martes y jueves o viernes.

Por lo tanto, doy por concluida la segunda parte de la vida de El grito del mudo, e inauguro la tercera. El tiempo nos dará la respuesta. Gracias y hasta la próxima.


Runnin'

Estoy sentado en el autobus, tratando de concentrarme en el libro que estoy leyendo, a pesar de tener a mi costado a uno de los peores músicos ambulantes que haya tenido que sufrir en años de transporte público. A parte la contaminación sonora más abyecta que pueda tolerar mi oído, me invade el pánico viendo que las cañas de la zampoña apuntan directamente a mi rostro; acabo de descubrir, algunas páginas antes, que regiones enteras del mundo se despoblaron gracias a virus y bacterias transmitidos, entre otras cosas, por la saliva, los estornudos, la tos: siento que el virtuoso me está encañonando con una batería repleta de gérmenes y patógenos.

De pronto, en el siguiente paradero, sube un señor con pinta de ejecutivo: terno oscuro, cabello blanco, corbata clásica. Pero lo que más llama la atención es la evidente quemadura de su rostro, digna de un chorizo parrillero: y más aún porque es idéntica a la que exhibo con orgullo en mi cara. White men can't jump, decía la película, pero en este caso habría que parafrasearlo en White men can't run in the sun. El hombre se da cuenta que lo estoy mirando, nota la coincidencia del tono chamuscado de la piel, sonríe y levanta el pulgar. Le contesto de la misma forma. Creo que algo así debe suceder con los veteranos de alguna guerra, reconociendo heridas similares, con todo el background de experiencias y traumas en las selvas, desiertos o ciudades de algún país ajeno y extraño. En este caso no corrieron balas ni napalm, pero sí se mantuvo la acostumbrada trinidad de sangre, sudor y lágrimas: 24 horas antes ambos hemos recorrido a buen paso las calles de la ciudad en la 10K de Nike.

En anteriores ocasiones (aquí, aquí, aquí) he mencionado mi fluctuante afición por el fondismo madrugador. Pero sentía que era el momento de dejar algún registro indeleble de mi compromiso, de mi esfuerzo, de la fuerza de voluntad que supuso levantarse cuando el sol aún no quería mostrarse, sólo para gastar energías trotando alrededor de los parques de las cercanías. Así que me inscribí a la carrera, con el único objetivo de llegar a la meta. Tenía claro que las condiciones serían completamene distintas a las acostumbradas en mis mañanas deportivas: el terreno no sería plano, el camino no estaría despejado, el clima no sería fresco. La última vez que completé 10 km, cuatro días antes de la carrera, establecí mi record sobre la distancia, con 53'51", fruto de una secuencia irregular de tiempos a lo largo del kilometraje: tiempos excelentes en los primeros 5 mil metros, caída constante en los siguientes, última vuelta con el acelerador a fondo. En promedio, 5'23" por km. Siendo realista, calculé que las dificultades extra en la carrera podrían llevarme con facilidad alrededor de los 5'30", para un tiempo estimado de 55' totales.

El día antes, recarga de carbohidratos con una buena pizza. Cena ligera (jugos de fresa y tartaleta de piña), desayuno bordeando la inexistencia (agua azucarada y una rodaja de piña). No hice mayor calentamiento que caminar un par de kilómetros hacia la línea de partida; no me auné a los miles de fanáticos que realizaban rutinas de aeróbicos que se me antojaban más cansados que la carrera en sí misma. Faltando unos 20 minutos, consideré útil acercarme a los servicios higiénicos, para perder los líquidos excedentes: pésima idea, porque compartida por cientos de participantes. Cuando mucha gente está de acuerdo en algo, difícilmente ese algo es lo mejor; la unanimidad, el amplio consenso, el acuerdo de ancha base siempre tienen algo de gregario, de animal, de irreflexivo. Dicho y hecho. Logré terminar la cola y el trámite cinco minutos antes de la partida, con el lógico resultado de encontrarme a casi 300 metros de la línea de go, detrás de 7-8 mil personas.

El chip anclado en mi zapatilla registró el primer paso de la carrera casi siete minutos luego del disparo inicial; a primera vista algo ininfluyente, en fin de cuentas el cronometraje individual cancelaría la posición relativa al momento de la salida de los boxes y podría realizar el precepto evangélico de los últimos serán los primeros. Pero cuando por más de dos mil metros me encontré enredado entre padres de familia acompañados de hijos pre púberes, señoras con alto índice de obesidad y paso paquidérmico, ancianos voluntariosos pero con frecuencia cardiaca controlada, jóvenes con muletas, colegialas en plan de chismorreo, famosos con ganas de figuración, cada uno con su ritmo, cada uno una piedra en mi camino, maldecí mi falta de previsión a la hora de acudir al llamado de la naturaleza.

El slalom desesperado que tuve que efectuar, con cambios abruptos de velocidad y dirección, recién dio sus frutos llegando al km 4, cuando el cansancio y el doloroso choque contra el muro de la realidad y el sufrimiento empezaron a cultivar víctimas entre los menos preparados. Aún sin haber mantenido un control férreo sobre mis tiempos parciales, me daba cuenta que había perdido tiempo y energía preciosas barriendo un poco el espacio frente a mí. El sol amenazaba con iniciar a atacar con sus rayos en cualquier momento, así que decidí ir con todo hasta donde me dieran las fuerzas. A mitad del camino, iban 27'09", 5"26" por km, proyectando un 54'18" a la llegada: perfectamente dentro de lo previsto. Pero ya había tomado otro ritmo, y no lo bajé cuando el calor fue aumentando exponencialmente, causando la tostada general de la que hablaba al principio.

El último kilómetro fue apoteósico, un único sprint sostenido y brutal entre las dos alas de un público vociferante pero mudo en mis oídos, gracias a los audífonos que me daban el tiempo exacto para cada paso. Al final, 53'32", record personal, 5"21" por km, los últimos 5 a 5'16" de promedio. Sobre 10 118 participantes, es el tiempo número 1 188. Un motivo más de orgullo.

48 horas después de la llegada, me siento mejor por haber cumplido con lo que me había propuesto, una vez más. Una raya más al tigre. Una cicatriz más que mostrar. Una bandera más plantada en la frontera.

El cansancio es pasajero. I keep on runnin'.


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Y los incautos a la fecha son...